Publicidad
Inversor optimista respecto de Brasil que acertó en 2002 dice que el mercado está sobrerreaccionado

Inversor optimista respecto de Brasil que acertó en 2002 dice que el mercado está sobrerreaccionado

Dice que la liquidación de activos que castiga al mercado brasileño en los últimos meses no perturba a Jerome Booth. La ha visto antes y dicen que, como entonces, es muy exagerada.


La liquidación de activos que castiga al mercado brasileño en los últimos meses no perturba a Jerome Booth. La ha visto antes y dicen que, como entonces, es muy exagerada.

Sí, Brasil tiene problemas graves. El país es “un desastre”, dice, con una gigantesca investigación sobre corrupción en la empresa petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA, un empeoramiento de las perspectivas fiscales, la recesión más aguda en 25 años y un sistema político tan fracturado que las reformas necesarias no se están haciendo. Para no hablar de una calificación crediticia rebajada a basura y el desplome de la moneda a un mínimo récord.

Pero no hay probabilidades de que el gobierno vaya a entrar en cesación de pagos y los políticos con el tiempo encontrarán la voluntad de aprobar medidas para apuntalar el presupuesto y recuperar el crecimiento, dijo Booth en una entrevista en Nueva York. El pánico de los inversores es excesivo, tal como ocurrió hace trece años cuando el precio de los bonos cayó junto con la moneda ante el temor de que el puntero en las elecciones presidenciales repudiara la deuda del gobierno, añadió Booth. Entonces él era responsable de investigación de Ashmore Investment Management, en aquel momento uno de los mayores tenedores de bonos soberanos de mercados emergentes.

“Tenemos la clásica situación de ‘todo está tan mal como podría estar’”, dijo Booth, presidente de New Sparta Asset Management, firma de inversiones que fundó tras dejar Ashmore en 2013. “Pero ahora ya todo está incluido en el precio”.

Los bonos extranjeros de Brasil están cerca de tocar fondo, según Booth, después de hacerles perder un 8,3 por ciento a los inversores este año. Sólo Zambia registró peores retornos entre más de sesenta países de mercados emergentes cuya evolución siguen los índices de JPMorgan Chse Co.

Después de tres rebajas de calificación soberana en los últimos tres meses, una de las cuales le costó a Brasil su nota de grado de inversión, el gobierno implementará un “programa económico adecuado” y recuperará la confianza de los inversores, señaló.

“Pienso que se trata de meses, no de un año”, pronosticó.

¿Qué le da tanta seguridad a Booth cuando firmas como BlackRock Inc., Federated Investors Inc. y RBC Capital Markets ven motivos para evitar a Brasil?

Él piensa que la mayoría de los inversores exageraron el riesgo, tal como en 2002. En aquel momento, hubo una liquidación de activos antes de las elecciones presidenciales, cuando Luiz Inácio Lula da Silva ascendía en las encuestas. La preocupación era que el ex líder sindical y fundador del Partido de los Trabajadores declarara ilegítima la deuda de Brasil. A los observadores les preocupaba que el país retrocediera una década después de liberarse de una herencia de hiperinflación e inestabilidad política para convertirse en una de las estrellas más brillantes del mundo entre las naciones en desarrollo.

Pero cuando Lula ganó, los inversores se vieron recompensados. Desde su asunción a comienzos de 2003 hasta que dejó la presidencia a fines de 2010, los bonos brasileños denominados en dólares rindieron 256 por ciento, más del doble del promedio de los mercados emergentes.

“1998 fue la última vez que hubo una crisis sistémica que habría llevado a impagos en serie en los mercados emergentes”, dijo Booth. “Eso no pasó y no es probable que vuelva a pasar”.

Publicidad

Tendencias