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Agricultores argentinos se muestran eufóricos ante ‘nueva era’ tras confirmación de balotaje

Agricultores argentinos se muestran eufóricos ante ‘nueva era’ tras confirmación de balotaje

Macri promete no solo eliminar el arancel de 23 por ciento sobre el maíz, sino también reducir el impuesto del 35 por ciento sobre la soja. El jueves, Scioli dijo que haría lo mismo.


Para el grupo de 60 agricultores reunidos en la ciudad de General Pico en julio, la promesa del candidato presidencial argentino Mauricio Macri de terminar con un impuesto muy resistido a las exportaciones de maíz era moderada por saber que venía atrás en las encuestas.

La situación es muy diferente tras una votación presidencial inesperadamente reñida la semana pasada que forzó un balotaje el 22 de noviembre entre Macri y Daniel Scioli, el candidato respaldado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El día después de la votación, los agricultores de General Pico comenzaron a llamar al organizador de la reunión, Francisco Dadone, un vendedor local de semillas y fertilizantes. Le “preguntaban por los precios para las semillas de maíz”, dijo Dadone. “Llegó la esperanza”.

Macri promete no sólo eliminar el arancel de 23 por ciento sobre el maíz, sino también reducir el impuesto del 35 por ciento sobre la soja. El jueves, Scioli dijo que haría lo mismo.

Los agricultores argentinos protestan contra los impuestos desde hace varios años, en parte reteniendo cultivos y almacenándolos en silobolsas que se pueden ver desperdigadas a lo largo de rutas rurales, en tanto esperan un nuevo gobierno y un cambio en la política económica. Fernández, que intentó sin éxito elevar el impuesto a las exportaciones de soja al 45 por ciento en 2008, los llamó de “codiciosos” y “antipatrióticos”. El país exportó US$17.000 millones en granos y oleaginosas en lo que va de este año, el menor valor para el período desde 2009, segundo datos del consorcio de exportadores.

A pesar de la caída de las exportaciones y los otros problemas económicos del país, Argentina sigue siendo una potencia agrícola. Es la tercera cultivadora de soja y la cuarta exportadora de maíz más grande del mundo, y los impuestos sobre las exportaciones de las materias primas han sido una fuente vital de ingresos para el gobierno de Fernández. El Banco Central de la República Argentina percibió ingresos por US$27.000 millones por las exportaciones de granos y oleaginosas el año pasado, según la asociación de exportadores CIARA-CEC, cifra equivalente a las reservas monetarias del país.

Cambio en el ánimo

La elección podría alterar la oferta global de cultivos. Los agricultores planeaban reducir el área de cultivo de maíz del país en hasta 20 por ciento esta temporada por la falta de financiamiento y el cultivo de soja bajará 1 por ciento, según una previsión hecha por la Bolsa de Granos de Buenos Aires en septiembre. Pero como es cada vez más probable que se modifiquen los impuestos sobre las exportaciones, algunos cultivadores están revisando sus planes. La bolsa podría revisar su pronóstico después de “un cambio tan grande en el ánimo”, dijo Esteban Copati, analista de la bolsa de granos, la semana pasada, durante un tour por los cultivos organizado por la bolsa.

Mientras que algunos agricultores se entusiasman, otros no se dejan llevar. Es difícil confiar en Scioli porque está ligado al gobierno que impuso los impuestos, dijo Miguel Lanz, ingeniero agrónomo y agricultor en 30 de agosto, un pueblo en la provincia de Buenos Aires, y si bien las promesas de Macri suenan prometedoras, debe ganar para poder cumplirlas, dijo él.

“Voy a escuchar cuidadosamente lo que los candidatos dicen antes de decidirme”, dijo Darío Heck, agricultor y productor ganadero en Eduardo Castex, en la provincia de La Pampa.

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