Argentina está inmersa en la elección presidencial más reñida desde el retorno de la democracia en 1983. También está resultando ser una de las más perjudiciales para su economía.
A menos de dos semanas de que el país lleve a cabo una segunda vuelta sin precedentes para elegir al sucesor de Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno de Argentina está haciendo todo lo posible por apuntalar la moneda para dar al candidato del partido gobernante, Daniel Scioli, su mejor probabilidad de derrotar a Mauricio Macri. Esto llevó las reservas en moneda extranjera hasta un mínimo en nueve años, generando alarma entre los inversores ante el hecho de que el Gobierno está poniendo En peligro la salud de la economía a largo plazo por un rédito político cortoplacista.
“Las autoridades estan tratando de mantener el sentido de estabilidad macroeconómica pero esto tendrá un costo significativo para el próximo gobierno”, dijo Alejo Czerwonko, estratego en UBS Wealth Management. “Le dificulta las cosas a cualquiera de ellos”.
En lo que va del año el Banco Central ya ha gastado US$4.000 millones apuntalando el peso y otro mes de campaña sumará más a este monto en tanto el gobierno trata de mantener el poder adquisitivo de los electores argentinos. Sumado a esto, los economistas dicen que restando los depósitos privados y los préstamos de China y Francia, las reservas de Argentina en realidad son mucho más bajas que el cálculo oficial de US$26.400 millones.
Los inversores en bonos lo han notado. Desde que se recuperaron hasta 111 centavos por dólar después de la primera ronda electoral, los bonos públicos en cesación de pagos con vencimiento en 2033 cayeron.
El peso se devaluó 11,7 por ciento este año, menos que la caída de 30 por ciento del real brasileño.
La administración Fernández frenó el ritmo de devaluación del peso, postergó importaciones y aumentó el gasto público para generar una sensación de bienestar económico y de esa manera mantener la alianza del Frente para la Victoria en el poder. El próximo gobierno heredará el mayor déficit fiscal desde 1982 y una economía en cesación de pagos sobre sus bonos externos.
Si bien Scioli superó a Macri por tres puntos porcentuales en la primera vuelta, todas las encuestas publicadas hasta el momento dan la ventaja a Macri en la segunda vuelta. Macri obtuvo 46,3 por ciento contra 40,2 por ciento de Scioli en una encuesta de Management & Fit que abarcó 2.400 casos y fue realizada los días 1-5 de noviembre.
Si la primera vuelta hubiera arrojado un ganador directo, el vencedor ya estaría trabajando en el programa del próximo gobierno, manteniendo incluso negociaciones con los acreedores no reestructurados de la cesación de pagos de 2001 y sobre políticas para atraer inversión extranjera, dijo Andrés Borenstein, economista de BTG Pactual en Buenos Aires. El próximo presidente prestará juramento el 10 de diciembre.
El gasto adicional para impulsar al peso no implicará una gran diferencia a largo plazo, dijo Miguel Kiguel, director de la consultora EconViews con sede en Buenos Aires.
“Fernández quiere irse con el dólar mas bajo posible para que el problema sea de otro, no de ella”, dijo. “Según su visión, el que devalúa va en contra de su modelo económico”.