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El hombre al que Wall Street se vuelca para analizar riesgos geopolíticos Default ruso en 1998, el Brexit y el fenómeno Trump están entre los casos que predijo y analiza para inversionistas

El hombre al que Wall Street se vuelca para analizar riesgos geopolíticos

Se llama Ian Bremmer y es el fundador de Euroasia Group, empresa de riesgo político que él convirtió en un negocio lucrativo que requirió disciplina académica y lo convirtió en un codiciado producto para los profesionales financieros e inversores. Hoy hay cerca de una docena de firmas en una industria artesanal valorada en cientos de millones de dólares.


Era 1998 y Rusia estaba a punto de ganar la confianza de los inversores cuando el petróleo se desplomó a casi US$10 por barril.

Los acreedores extranjeros desestimaban la posibilidad de un colapso. Rusia tenía dinero para pagar sus deudas, dijeron, y no sacrificaría su credibilidad. El nombramiento por parte del entonces presidente Boris Yeltsin de un joven reformador para gestionar la crisis era la prueba.

Un joven doctor de Stanford llamado Ian Bremmer fue uno de una pequeña minoría en Wall Street que, correctamente, cuestionó esta línea de pensamiento. Yeltsin incumplió el pago de US$40 millones ese agosto, lo que hizo que el rublo cayera más de 70 por ciento y desencadenó una fuga de capitales de todos los mercados emergentes que hizo que Brasil devaluara su moneda meses más tarde.

«Todo el mundo parecía pensar: estos chicos tienen el dinero para pagar, así que van a pagar», dijo Bremmer, recordando uno de los primeros triunfos de Eurasia Group, la empresa de riesgo político que acababa de fundar. «Les dije, Yeltsin está borracho la mitad del tiempo y no presta mucha atención. Serán populistas en este caso».

Destrucción creativa

Bremmer transformó ese desafío del consenso de los operadores –lo que él llama ignorancia política– en un negocio lucrativo que requirió disciplina académica y lo convirtió en un codiciado producto para los profesionales financieros e inversores. Hoy hay cerca de una docena de firmas en una industria artesanal valorada en cientos de millones de dólares.

Y aunque el historial de Bremmer es casi intachable (aseguró a sus clientes ricos que Donald Trump nunca conseguiría la nominación republicana), ofreció una visión hace dos décadas que se ha validado correctamente: el colapso de la Unión Soviética ha dado lugar al inicio de la «destrucción creativa» en el orden posterior a la Segunda Guerra Mundial, y el ascenso de China y otros mercados emergentes hace que la evaluación del riesgo geopolítico sea más importante que nunca. Ha definido al «mercado emergente» como un país en el que la política importa al menos tanto como la economía para el mercado.

Eso significa que el suyo es un negocio que se nutre de la inestabilidad –y ha habido mucho de eso últimamente: el Brexit, la elección en Estados Unidos y la implosión sin fin de Oriente Medio–. Eso es bueno para Bremmer, a pesar de que desconfía de llevar la cosa demasiado lejos. Como él mismo dice: «Somos como taxistas: queremos que el tiempo sea lo suficientemente malo para que la gente quiera tomar un taxi, pero no tan malo como para que no quiera salir de su casa».

Ese tipo de análisis astuto refleja el estilo de Bremmer. A los 20 años ya había editado su primer libro y a los 24 obtuvo su doctorado en ciencia política y empezó a dar clases en Stanford. Con ahorros por US$25.000, Bremmer constituyó en sociedad Eurasia Group en enero de 1998. La empresa emplea actualmente a 150 trabajadores y tuvo ingresos por US$100 millones el año pasado. Envía una actualización semanal, escribe una columna para la revista Time, da clases en la Universidad de Nueva York, tiene 191.000 seguidores en Twitter y aparece frecuentemente en los canales de noticias internacionales.

Eurasia tiene productos apalancados como su índice de riesgo político global en sociedades con PricewaterhouseCoopers, Deutsche Bank AG, Citi Private Bank y, más recientemente, Nikko Asset Management.

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