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Hay un exceso de preocupación por el nivel de la deuda mundial

Hay un exceso de preocupación por el nivel de la deuda mundial

Con la importante excepción de China, es probable que los niveles de deuda privada no justifiquen una gran preocupación en este momento.


Un constante redoble de editoriales y de ensayos advierte sobre el peligro de que haya demasiada deuda privada. Uno de los más coherentes y minuciosos fue una columna de opinión reciente de Richard Vague en Democracy Journal en la que sostiene que los niveles excesivos de deuda están poniendo al mundo en peligro de una gran crisis económica.

Pero esta preocupación probablemente sea exagerada. Con la importante excepción de China, es probable que los niveles de deuda privada no justifiquen una gran preocupación en este momento.

Tendemos a preocuparnos demasiado por la deuda. Nos gusta contarnos una historia simple a la que una vez denominé la “teoría folclórica” de los ciclos económicos: un momento de auge económico va acompañado de un aumento de la deuda pero esa deuda después provoca un crack, lo cual lleva a una crisis económica. Este relato coincide con muchas de nuestras intuiciones más profundas –lo que sube tiene que bajar, el derroche lleva a la pobreza y los pecados de exceso se castigan con la privación-.

El problema es que la economía no tiene por qué coincidir con las intuiciones generales de la vida que hemos desarrollado a lo largo de los siglos. Para tomar un ejemplo conocido, la deuda privada tiene que ser pagada al nivel individual, pero no como agregado. Las deudas se compensan. Si le pido prestados a mi amiga Jessica US$100, Jessica le pide prestados US$100 a Michael y Michael me pide prestados US$100 a mí, ninguno de los tres va a tener que sufrir un perjuicio o hacer recortes cuando todas las deudas se salden. Este es uno de los sentidos en que las finanzas personales son distintas de la macroeconomía.

Esto obviamente no quiere decir que la deuda no pueda ser peligrosa. Puede serlo. Los estudios muestran que las debacles financieras que siguen a un gran aumento de los niveles de crédito suelen ser más graves que otras. Los economistas tienen una serie de teorías para explicar por qué esto puede ser así, pero parece evidente que la deuda puede interferir con el funcionamiento fluido de una economía.

Pero en lo que hace a decir cuándo se va a producir una recesión, es probable que la calidad de la deuda sea más importante que la cantidad. Los economistas que pronostican recesiones han observado que los indicadores de una deuda de mala calidad, como los diferenciales de plazos y el porcentaje de deuda de alto rendimiento, sí predicen las recesiones pero que los niveles de deuda por sí solos no brindan mucha información adicional.

Fuera de los círculos académicos, lo que con frecuencia hacen los analistas es simplemente trazar gráficos que muestran los aumentos de los niveles de deuda. Es lo que hace Vague en su columna de opinión. Muestra gráficos de largo plazo de los ratios de deuda a producto interno bruto para determinados países, remontándose en el tiempo sesenta o más años atrás. ¡Una de sus tablas se remonta a 1740! En todas partes vemos la misma tendencia: economías con ratios más altos de deuda a PIB.

Pero, si una tendencia puede prolongarse aproximadamente durante tres siglos, deberíamos tener cuidado al decir que pronto se va a terminar. Cuánto puede el mundo seguir esa tendencia es algo que no se sabe; quizá haya un límite, quizá no lo haya. Pero sin duda eso debería llevarnos a ser muy escépticos respecto de las declaraciones de que el baile ya casi ha terminado.

La verdadera pregunta es: ¿cuánta deuda es demasiada deuda? ¿El 200 por ciento del PIB? ¿El 300 por ciento? Nadie lo sabe. De algún modo, casi todos los países han logrado mantener sus cifras de deuda en aumento desde los albores de la edad moderna. Lo que parecía un nivel de deuda impensablemente alto hace un siglo en 2016 es inofensivamente bajo. ¿Los ratios actuales también les parecerán bajos a nuestros bisnietos?

Muchos sostienen que los aumentos rápidos del crédito en un plazo corto, no los niveles altos, son el verdadero peligro. Pero las tendencias de la deuda de corto plazo han tenido pocos cambios o están en baja en la mayoría de las grandes economías.

La mayoría de las grandes economías desarrolladas, así como el mundo en general, han tenido pocos cambios o caídas en el nivel de deuda privada desde la crisis. En otras palabras, aun cuando un aumento en un plazo corto de los niveles de crédito realmente plantee una amenaza, esa amenaza ahora no está presente en la mayor parte de los países.

Por lo tanto, si bien hay algunas buenas razones para preocuparse por la deuda, el peligro se exagera.

La gran excepción –a la que Vague correctamente le dedica mucho espacio- es China. Los niveles de deuda privada de China, en especial la deuda de las empresas, aumentaron sumamente rápido en los últimos años. Más preocupante es el hecho de que la calidad del crédito parece haberse deteriorado. Eso indica que en el futuro cercano de China podría haber una caída económica. El veloz incremento de la deuda también indica que un estallido de la burbuja de activos china, en particular en el mercado inmobiliario, probablemente sería muy grave para la economía de ese país. También podría diseminar buena cantidad de perjuicios en otras regiones del mundo.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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