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Caso Aurus y la batalla de actores del mercado para liberarse de responsabilidades La AGF y Compass, que prestaba servicios de back office, insisten en que fueron engañados

Caso Aurus y la batalla de actores del mercado para liberarse de responsabilidades

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Ayer la Comisión Clasificadora de Riesgo (CCR) confirmó daño reputacional a la gestora de fondos y, de paso, le puso presión a Feller Rate. La entidad decidió desaprobar al principal fondo de Aurus, el llamado Renta Inmobiliaria, considerando el cuestionamiento a los procesos de control interno de la compañía. Eso hace que las AFP, aunque quisieran, no podrían invertir, pese a que el fondo en cuestión no ha tenido problemas. Decisión provocó furia en Aurus y el presidente de la AGF apuntó a que la propia CCR evaluó acuciosamente a la administradora, al tiempo que requirió dos informes de clasificadoras de riesgo independientes. Apuntó, además, que Feller acaba de ratificar –en septiembre de 2016– a Renta Inmobiliaria, señalando que cuenta con “buenas estructuras y políticas para la gestión de fondos”, así como equipos con experiencia. Los informes de Feller fueron los que la CCR consideró para aprobar un activo.


La Comisión Clasificadora de Riesgo (CCR) confirmó el daño reputacional por el que atraviesa la administradora de fondos de inversión Aurus Capital. A pesar de que son solo los fondos Insignia y Global los afectados por las presuntas irregularidades cometidas por Mauricio Peña –ex gerente de inversiones y socio de Aurus–, la CCR desaprobó las cuotas del fondo Renta Inmobiliaria, el vehículo más grande de la firma financiera.

Los efectos prácticos de lo anterior parecen no ser del todo importantes, pues la desaprobación de estas cuotas solamente limita la inversión de las AFP en el fondo; sin embargo, no han invertido en él. Esto, empero, sí confirma la mermada imagen de Aurus, considerando que la razón de la CCR emanó “debido a las evidentes debilidades de la administradora en sus procesos de control interno”.

El hecho caló hondo en Aurus. Antonio Cruz –socio de la compañía, actual portfolio manager de los dos fondos afectados y presidente de la AGF– les puso el pecho a las balas, afirmando que “nos causa gran sorpresa esta decisión y los términos utilizados en el comunicado que se publicó en el Diario Oficial, considerando que cuando la CCR aprobó el fondo en febrero de 2015 evaluó acuciosamente a la administradora, requirió dos informes de clasificadoras de riesgo independientes y Feller Rate acaba de ratificar, en septiembre de 2016, la clasificación en ‘1ª Clase Nivel 2’”.

“Como hemos informado a la autoridad y al mercado, queremos ser categóricos en reiterar que el fraude que se detectó está circunscrito solo a los fondos Insignia y Global, y no afecta en nada a los demás fondos de inversión que administramos, entre los que se encuentra el de renta inmobiliaria (…). De hecho, cuenta con un equipo de dedicación exclusiva, con amplia experiencia, conocimiento y reputación en el mercado inmobiliario, y el back office es gestionado internamente, conformado por las áreas de operaciones, contabilidad y tesorería, y constituye un sólido apoyo a la gestión del fondo”, dijo Cruz.

En su postura había molestia y, recurriendo al informe de la única clasificadora que monitorea este fondo, Feller Rate, señaló que la misma agencia respaldó que cuentan con “buenas estructuras y políticas para la gestión del fondo, así como equipos especializados y de amplia experiencia. Es esta información la que considera la CCR para aprobar un activo y hoy desaprueba este fondo, sin hablar con nosotros, ni solicitarnos antecedente alguno”.

El rol de la CCR

El problema para Aurus es que la CCR tampoco puede hacer mucho más. En efecto, la Comisión no “conversa” con la AGF, sino que se nutre principalmente de información pública, teniendo como contraparte una clasificadora de riesgo para evaluar la aprobación de un fondo.

En febrero de 2015, cuando la CCR le dio el visto bueno a este vehículo, la Comisión realizó un informe de clasificación de acuerdo a antecedentes que proveyó Aurus, con el pronunciamiento de dos clasificadoras de riesgo: Fitch Ratings y Feller Rate, además del análisis de estados financieros y otra información pública.

Sin embargo, ahora, a la luz de los cuestionados procesos de control interno, para la Comisión resultó insostenible mantener la aprobación de dicho vehículo, confirmando el daño reputacional de Aurus.

Fuentes que conocen de cerca cómo funciona la CCR explican que, eventualmente, en Feller Rate podría recaer alguna responsabilidad respecto de la alerta de los controles internos; sin embargo, solo monitoreó el vehículo de Renta Inmobiliaria y es posible que la profundidad de su análisis haya sido insuficiente para alertar sobre lo que sucedía en los fondos Insignia y Global.

A propósito de ello, Cruz sostuvo: “Utilizaremos todas las herramientas que la legislación nos otorga para revertir esta decisión. A nuestro entender, no es posible hablar de ‘evidentes debilidades de la administradora en sus procesos de control interno’ si hemos sido defraudados por alguien que estuvo en el diseño de estos procesos”.

El análisis de Feller Rate

Hace solo unas semanas, Feller Rate ratificó su positiva visión del fondo Renta Inmobiliaria, confirmando su categoría en “1ª Clase Nivel 2”.

El 7 de septiembre, la agencia comunicó que dicha nota “está basada en una cartera que cumple con su objetivo de inversión, que presenta una buena diversificación del activo subyacente, una buena capacidad de generación de flujos y una rentabilidad superior al benchmark elaborado por Feller Rate para caracterizar el segmento de fondos de inversión inmobiliarios. Asimismo, incorpora positivamente la gestión de su administradora, que cuenta con buenas estructuras y políticas para la gestión del fondo y equipos especializados y de amplia experiencia. Como contrapartida, considera el mayor nivel de endeudamiento exhibido en relación a fondos de similar orientación y el riesgo inherente al negocio inmobiliario, altamente sensible a ciclos económicos”.

¿De quién es la culpa?

Para Aurus la verdad es una sola: Peña actuó solo falseando los “fact sheets” de los fondos Insignia y Global, de tal manera que ocultaba el verdadero rendimiento de sus inversiones, alterando las valorizaciones de los activos en que invertía el fondo.

Pero todavía está por verse el rol que tuvo el directorio de la compañía, así como la auditora Ernst & Young –que revisó los estados financieros de los fondos en cuestión– y Compass, que le prestaba servicios de back office a los vehículos que tenía Peña bajo su control.

Compass ha sostenido que sus informes eran basados en las cifras y datos que les entregaba Peña y que, por lo tanto, fueron igualmente engañados.

Eso sí, para Carlos Ruiz de Gamboa, hoy socio de Tyndall y antes en JP Morgan, y considerado una de las personas que más sabe de derivados en América Latina, la responsabilidad recae en el directorio de Aurus Capital, pero también sugiere que Compass tiene algo de responsabilidad.

“Es difícil imaginar a una empresa que hoy en día se dedique al manejo de inversiones para terceros, que no comunique ni monitoree los productos derivados que realizan para manejar las inversiones. Es una tarea básica del backoffice. ¿Por qué no funcionó en el caso Aurus? Ahí está el mayor misterio”, planteó en una columna en El Mercurio Inversiones.

Hay, asimismo, una potencial arista administrativa por parte de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). Esta, hasta ahora, no ha iniciado un proceso sancionatorio contra Aurus ni Peña, solo ha recopilado información.

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