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Se necesitan nervios de acero para mantener bonos venezolanos

Se necesitan nervios de acero para mantener bonos venezolanos

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Los bonos de PDVSA con vencimiento el 12 de abril ofrecen un rendimiento anualizado del 80 por ciento, reflejo del escepticismo que ha hecho de Venezuela el país con más probabilidades de incumplimiento durante el próximo año – una probabilidad del 34 por ciento, de acuerdo a los precios de las permutas de riesgo crediticio que protegen contra una cesación de pagos. Los inversores miran las r eservas que se encuentran cerca de un mínimo de 14 años de US$10.400 millones, y ven US$9.000 millones de pagos de bonos que quedan para este año, y no les gusta el cálculo.


¿Cuánto confía en Venezuela?

Esa es la pregunta que se debe hacer cuando US$2.000 millones en bonos de la petrolera estatal que vencen el próximo mes se negocian en alrededor de 95 centavos de dólar. Los operadores con nervios de acero podrían conseguir un beneficio rápido si todo va bien y Petróleos de Venezuela SA honra la deuda. Pero siempre existe la posibilidad de que eso no suceda.

Los inversionistas de Venezuela han estado esperando un incumplimiento desde hace años, acumulando algunos de los mayores rendimientos del mundo por deuda denominada en dólares en medio de la omnipresente amenaza de que en algún momento todo podría colapsar. El país cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo, pero sufre de una escasez crónica de dólares que ha diezmado las reservas del banco central y ha dejado al gobierno incapaz de importar suficientes medicinas y bienes básicos para satisfacer las necesidades de los ciudadanos.

«Las operaciones de corto plazo en bonos venezolanos han funcionado cada vez», dijo Daniel Urdaneta, estratega en Knossos Asset Management, que reside en Caracas. «Hasta que no lo haga».

Los administradores de fondos en Knossos conocen bien los riesgos. El fondo de cobertura había colocado l a mitad de su dinero en bonos a corto plazo de Venezuela a principios del año pasado y obtuvo un 12 por ciento en sólo 45 días -más del 150 por ciento sobre una base anualizada. Esta vez, el fondo es mas defensivo con tenencias de bonos venezolanos de más largo plazo y menor precio.

Los bonos de PDVSA con vencimiento el 12 de abril ofrecen un rendimiento anualizado del 80 por ciento, reflejo del escepticismo que ha hecho de Venezuela el país con más probabilidades de incumplimiento durante el próximo año – una probabilidad del 34 por ciento, de acuerdo a los precios de las permutas de riesgo crediticio que protegen contra una cesación de pagos. Los inversores miran las r eservas que se encuentran cerca de un mínimo de 14 años de US$10.400 millones, y ven US$9.000 millones de pagos de bonos que quedan para este año, y no les gusta el cálculo.

Sin embargo, Nomura Holdings Inc. y Torino Capital dicen que lo más probable es que PDVSA cumpla su próximo pago, aunque las perspectivas para el resto del año podrían ser más difíciles.

Francisco Rodríguez, economista jefe de Torino en Nueva York, dice que después de hacer el pago de abril la compañía podría tratar de cambiar el perfil de parte de su deuda que vence en los próximos meses y años, como PDVSA hizo el año pasado. El próximo bono de PDVSA, con vencimiento en noviembre de 2017 se ha estado negociando a unos 87 centavos. Eso se compara con el precio inferior a 50 centavos de algunos bonos de mayor duración como la deuda con vencimiento en 2035.

«La compañía podría planificar una operación de gestión de pasivos más adelante en el año», dijo. «No estamos seguros si tal operación pueda tener éxito».

Siobhan Morden, jefe de estrategia de renta fija para Latinoamérica de Nomura, explica que la forma en que PDVSA realiza el pago -ya sea aprovechando las reservas internacionales o utilizando fondos no incluidos en el balance- podría proporcionar indicios sobre el momento de un eventual incumplimiento. En el corto plazo, los operadores podrían obtener una gran ganancia.

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