Gran empresariado se atrinchera y advierte adiós al pleno empleo si se elimina el FUT
La idea de terminar con el Fondo de Utilidades Tributables (FUT) propuesta por la ex Presidenta Michelle Bachelet terminó de enardecer al gran empresariado. La madre de los gremios, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), salió ayer a criticar la idea de eliminar el FUT y se adhirió a la campaña del terror levantada por empresarios y políticos que aseguran que echará abajo la inversión y el crecimiento del país.
Andrés Santa Cruz, timonel de la CPC (que reúne a gremios mineros, constructores, industriales, agrícolas, bancarios y del comercio), dijo que eliminar el FUT y elevar los impuestos a las empresas no es gratis.
“Los impuestos no son neutros, si se piensa aumentar de forma importante los impuestos y también eliminar el FUT, eso pensamos nosotros, tendrá un efecto en el crecimiento, la inversión y, por ende, también podría tener efectos en el empleo”, enfatizó el dirigente gremial.
Santa Cruz agregó que el FUT ha incentivado el ahorro y recomendó mantener las cosas que funcionan bien, pero reconociendo que se pueden perfeccionar.
El FUT se creó durante el régimen militar y permite que los dueños de las empresas paguen tributos sólo por las utilidades que retiran; las que deje dentro de la compañía quedan exentas. Según cifras del SII, hay cerca de US$ 250 mil millones en dicho fondo, lo que equivaldría a un pago postergado de US$ 50.000 millones de impuestos. Sin embargo, es sabido que gran parte de esos montos no están, en parte porque fueron reinvertidos en las empresas.
Otros, como el propio Fernando Barros, afirman que a veces hay abusos por parte de gente que adquiere bienes propios a través de la empresa, descontando esos gastos de impuestos, pero que eso se debe regular y fiscalizar sin que justifique eliminar el FUT.
En su momento, en 2003 el ministro de Hacienda de esa época, Nicolás Eyzaguirre, ironizaba sobre el FUT, asegurando que “se lo comen los perritos”, en el sentido que socios de empresas no pagaban impuestos por las ganancias que quedaban en la compañía y luego adquirían bienes personales a través de la compañía.
En la reunión de ayer también participó el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Ricardo Mewes, quien fue más duro con la idea de Bachelet, adelantando que si se hacen los cambios tributarios anunciados, los pagará el consumidor.
“Cada vez que hay alza de impuestos afecta a la productividad del trabajo y eso, al final, alguien lo pagará, por lo que se puede traducir a precios. Cuando hay alza de impuestos las utilidades de las empresas y, cuando un empresario necesita capital para invertir, una de las fórmulas es que vaya a precio”, afirmó.
En todo caso, la última esperanza aún no la pierden los empresarios. Así lo demostró el presidente de los banqueros, Jorge Awad, quien se mostró mesurado, lejos del vendaval de hace algunas semanas cuando se enteró que la SBIF eliminó normativas para regular el alza de las comisiones. Esta vez, al igual que otros dirigentes, señaló que esperaba que las propuestas decantaran.
Declaró, según publicó La Segunda, que intuye que “va a ocurrir lo que ha pasado en otras partes del mundo en que los programas para las primarias no son necesariamente los programas finales”.
El fin de semana último, distintos empresarios y ejecutivos de la derecha neoliberal, salieron en masa a criticar las ideas de Bachelet.
Juan Andrés Fontaine, ex ministro de Economía de Piñera, atacó la iniciativa el viernes. El mismo día, Fernando Barros, director de empresas, integrante del círculo legal de Icare y socio de Barros y Errázuriz, uno de los principales estudios de abogados que trabaja para las principales compañías de Chile (de capitales locales y extranjeros), fue duro con la propuesta de la oposición, indicando que “tiene poca calle” y no conoce el mundo empresarial.
Lo mismo hizo Luis Larraín, director ejecutivo de Libertad y Desarrollo en el diario La Tercera el domingo, señalando que “nos quieren hacer fumar opio tributario” y también el ex presidente de la Sofofa en el periodo en que era Presidente de la República, Salvador Allende, Orlando Sáenz, en El Mercurio, donde calificó como “disparatada” la propuesta.
El viernes habían hecho lo suyo en Diario Financiero los representantes de las principales empresas auditoras, que asesoran a las grandes empresas de Chile, Ernst&Young, Deloitte, KPMG y PwC, señalando que sería un error eliminar el FUT, que era mejor regularlo.