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Inflación de 27% -la mayor en una década- hace insostenible el rally de bonos argentinos


La inflación más rápida en una década revierte los aumentos de los bonos de Argentina en moneda local, en tanto el gobierno no logra subir las tasas de interés lo suficiente para compensar la caída del peso.

Los pagarés con denominación en pesos han bajado 3,9 por ciento desde que los legisladores de la oposición dijeran el 12 de diciembre que los precios al consumidor aumentaron 26,8 por ciento en noviembre respecto de igual período del año anterior, más del doble que la cifra oficial de 10,5 por ciento. En América Latina, los bonos gubernamentales comparables bajaron un promedio de 0,4 por ciento en el mismo período.

Si bien las medidas destinadas a impulsar las reservas en moneda extranjera y a reducir la brecha entre la paridad cambiaria oficial y la paralela generaron en octubre y noviembre un aumento de los bonos de 19 por ciento, el éxito ha resultado efímero. La confianza ha declinado conforme la caída de 9,9 por ciento del peso en los últimos dos meses supera las tasas de interés de referencia, que han subido 1,4 puntos porcentuales, según Goldman Sachs Group Inc.

“Se hace evidente que las últimas medidas eran temporarias”, dijo Mauro Roca, un economista para América latina de Goldman Sachs, en entrevista telefónica desde Nueva York. “Sólo se restablecerá la confianza en el peso si se toman decisiones firmes para desacelerar la inflación, y el gobierno no ha dado muestras de esa convicción”.

Una funcionaria de prensa del Ministerio de Economía, Jesica Rey, se negó a hacer declaraciones sobre los retornos de los bonos y las medidas para frenar la caída del peso.

Aumento de impuestos

“La paridad del dólar está vinculada a muchos factores diferentes”, dijo el 7 de enero el ministro de Economía, Axel Kicillof, en una entrevista de Radio del Plata. “Nos concentramos en mantener un superávit comercial” y en impulsar las exportaciones.

En diciembre, el gobierno aumentó un impuesto a las compras con tarjetas en moneda extranjera de 20 a 35 por ciento a los efectos de reducir el gasto de los turistas en el exterior, mientras que el banco central empezó a emitir bonos vinculados al dólar a productores y exportadores de granos para incentivarlos a traer dólares al país.

Si bien las medidas contribuyeron a que la tenencia de moneda extranjera del banco central aumentara US$337 millones en las últimas tres semanas de diciembre, las reservas han caído en enero a US$30.200 millones, el nivel más bajo en siete años. El flujo ingresante no ha compensado la demanda de dólares, dado que el banco utiliza los fondos para pagar deuda.

El banco central, que compra y vende dólares a diario en el mercado spot cambiario, permitió que el peso se depreciara 5,8 por ciento en diciembre, la mayor declinación mensual desde 2008.

“La prioridad de salvaguardar las reservas en moneda extranjeras ha generado debilidad cambiaria”, dijo Siobhan Morden, jefe de estrategia de renta fija para América Latina de Jefferies Group LLC, en un informe del 8 de enero. “No es una estrategia sostenible”.

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