Era el debut de Alberto Arenas como ministro de Hacienda en Icare y había mucha anticipación en el empresariado.
Su presentación, a dos días de que el gobierno envíe al Congreso la Reforma Tributaria, generaba expectativas de que daría algunos detalles de lo que se viene.
Pero no, lo que hizo Arenas fue presentar un sólido argumento político acerca de la necesidad de hacer la reforma. Advirtió al empresariado que la Reforma Tributaria es "una herramienta fundamental para darle gobernabilidad al crecimiento y garantizar un desarrollo inclusivo. El crecimiento requiere estabilidad social y económica".
Haciendo una velada crítica al gobierno de Sebastián Piñera, Arenas dijo que aumentar el ingreso no basta para alcanzar el desarrollo, más importante es atacar la desigualdad. "Para muchos chilenos los buenos números macros es una ilusión óptica. No les entra el crecimiento a su casa", señaló.
"La mayor desigualdad es un freno para el crecimiento. Enfrentar decididamente la desigualdad en todas sus dimensiones es generar también condiciones para un crecimiento sustentable", subrayó.
Bachelet enviará el próximo lunes al Parlamento el proyecto de reforma tributaria, que busca aumentar del 20 al 25 % el impuesto a las empresas para incrementar la recaudación fiscal en tres puntos del PIB, equivalentes a unos 8.200 millones de dólares. Los recursos serán destinados a financiar la reforma educacional que para muchos definirá si su gobierno tiene éxito.
Con respecto a la economía, el ministro de Hacienda dijo que Chile irá de menos a más este año y el próximo. Subrayó que el país tiene las herramientas para darle un nuevo dinamismo a la economía.
La recepción del empresariado fue tibia y con una dosis de escepticismo. Hay temor de que el nuevo gobierno les pase la "aplanadora", ya que tiene mayoría en ambas Cámaras.
Guillermo Tagle, presidente de Icare, admitió en tanto que Chile ha pasado "a vivir un nuevo ciclo de su historia económica", pero llamó "a no olvidar los fundamentos que hicieron crecer al país en los últimos años". En ese contexto, advirtió que en el debate surgido en torno a ese nuevo ciclo, "la diferencia de rutas es evidente y no se siente que todos los agentes tengan un objetivo común", por lo que considera indispensable "buscar una conciliación entre empresarios, personas y compañías". Admitió además que para solucionar los problemas estructurales del país, "todos, incluidos los empresarios, deben poner de su parte".
