El Banco Central hizo lo que el mercado esperaba y acordó mantener la tasa de interés de política monetaria en 4% anual.
El consenso era que el BC pondría pausa a los recortes de tasas ante la evidencia que la inflación podría estar convirtiéndose en un problema.
«La inflación anual del IPC ha aumentado a 3,5%, influida por mayores precios de alimentos, combustibles y la depreciación del peso», dijo el Consejo en su comunicado, aunque señala que las expectativas inflacionarias continúan en torno a 3%, «en el horizonte relevante para la política monetaria».
Dice que la economía local sigue enfriándose, «en línea con el escenario base del IPoM de marzo».
El Santander dice que anticipa al menos una baja de 0,25% de la TPM dentro del próximo trimestre y «cerrar el año en un 3,5% anual, en línea con una política monetaria más expansiva».
El comunicado también hace referencia a la recuperación de las economías desarrolladas, pero hace hincapié en que se mantienen las proyecciones de un crecimiento moderado para las emergentes, «lo que tiene relevancia para el precio del cobre y de otros metales».
El Consejo evaluará la posibilidad de introducir recortes adicionales de la TPM de acuerdo a la evolución de las condiciones macroeconómicas internas y externas, y sus implicancias para las perspectivas inflacionarias. Al mismo tiempo, reafirma su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de política.
