Para ver el efecto de la devaluación del peso de Argentina, basta con visitar la exposición de arte más popular del país.
Alberto Echegaray, ex asesor del ministro de economía que fijó el tipo de cambio peso-dólar en 1 a 1 en 1991, está haciendo su debut en ArteBA con una instalación que presenta 11 esferas de vidrio del tamaño de pelotas de básquetbol, cada una rellena con 1 millón de pesos en billetes fuera de circulación destruidos. A su lado hay un globo ligeramente más grande relleno con US$1 millón de dólares cortados en pedazos, cuya circunferencia está rodeada por una banda metálica donde se lee “U.S. Fed”.
La idea era destacar la caída del peso hasta 11 por dólar en las operaciones del mercado negro desde que el tipo de cambio fijo terminó en 2002. Ahora, con el peso a 12 por dólar, Echegaray dice que tal vez agregue otra esfera.
El artista, actualmente máximo responsable ejecutivo de una empresa de biotecnología y anteriormente analista en el Banco Interamericano de Desarrollo, señaló que pasó dos meses siguiendo los camiones de caudales que salían del banco central con destino a un basural en Buenos Aires para revolver bolsas de billetes de pesos destrozados. Echegaray estima que Argentina destruye 400 millones de pesos de efectivo desgastado por semana, desde que el peso en baja y una inflación en más del 30 por ciento hacen que se necesiten como mínimo 6 billetes para comprar una canasta de productos básicos, en comparación con cuatro billetes en 2012. El billete de 100 pesos (US$12) es desde hace 22 años la denominación más alta en Argentina.
“Destruir billetes es una especie de tema tabú para Argentina”, dijo en su oficina sita a 10 cuadras de la autoridad monetaria. “Eso es lo que sale por la puerta trasera del banco central. Son los bastidores, un reflejo de los problemas más grandes de Argentina: una emisión monetaria y una inflación galopantes”.
‘Manifestación visual’
La obra se encuentra justo a la entrada de la sede de ArteBA, La Rural, un pabellón modernizado de una feria de ganadería del siglo XIX. La muestra, que termina hoy, atrae anualmente 100.000 visitantes, lo cual la convierte en la feria de arte contemporáneo más grande de América Latina. Este año participan en ArteBA 82 galerías provenientes de 16 países, incluidos México, los Estados Unidos e Israel. Entre los auspiciantes figuran el productor estatal petrolero de Brasil, Petroleo Brasileiro SA, junto con el concesionario de McDonald’s Corp., Arcos Dorados SA, y el fabricante de automóviles alemán Mercedes-Benz AG.
El 21 de mayo, en una presentación preliminar antes de la inauguración oficial de la muestra, la pieza de Echegaray estaba rodeada de espectadores ansiosos por tomar fotografías. “Es brillante”, dijo Ana Lavarello, un ama de casa de 38 años. “Tengo ante mis ojos la realidad argentina. Es una manifestación visual de la pérdida de valor del peso”.
Dos decenios atrás, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, fijó la cantidad de pesos en relación a las reservas de Argentina en dólares en 1 a 1, aplastando una inflación de 1.300 por ciento. El sistema también contribuyó a la cesación de pagos récord de Argentina sobre US$95.000 millones de deuda en 2001 en tanto las exportaciones del país se volvieron caras con respecto a sus pares.
Luego de la cesación de pagos, Argentina restringió el acceso a las cuentas bancarias, una medida que fue apodada “corralito”. A comienzos del año siguiente, el país puso fin al tipo de cambio fijo con la moneda estadounidense y recortó un tercio los ahorros en dólares convirtiéndolos en pesos.
Echegaray, que utiliza el seudónimo Cayman, dice que empezó a interesarse en las políticas cambiarias de los gobiernos después de ayudar a Cavallo a fundar el partido Acción por la República, por el cual el ex ministro de economía se presentó sin éxito como candidato a presidente en 1999.