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Mercado califica comportamiento del gobierno argentino sobre la deuda como errático

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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En los tres días pasados desde que la Suprema Corte de los Estados Unidos rechazó la apelación final de Argentina por un caso de deuda impaga, la conducta de las autoridades del país ha bordeado lo errático.

Primero, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró que desafiaría el fallo de pagar US$ 1.500 millones al administrador multimillonario de fondos de cobertura Paul Singer, actitud que su ministro de Economía repitió al presentar un plan para sortear el fallo al día siguiente. El abogado de Fernández en Manhattan luego revirtió ayer el rumbo, esto al decir que el gobierno estaba dispuesto a negociar con los acreedores. Esa nueva línea conciliatoria tampoco duró mucho. El jefe de Gabinete de Fernández dijo ayer que el gobierno ha decidido ahora no enviar funcionarios a Nueva York para dialogar.

La naturaleza cambiante de la respuesta argentina revela cuál es el centro del problema para Fernández: tiene que llegar a un acuerdo con los acreedores “holdout” del impago de 2001 para evitar desencadenar otra debacle de deuda que podría afectar el retorno del país a los mercados internacionales, pero carece del dinero necesario para pagar. Un acuerdo con Singer podría generar demandas de otros holdouts, que podrían presentar reclamos por un total de US$16.000 millones, según Citigroup Inc. Eso equivale a más de la mitad de las reservas en moneda extranjera del país, que son de US$ 29.000 millones.

“Están actuando como un animal acorralado y herido”, dijo por teléfono desde Londres Jorge Mariscal, máximo responsable de inversión para mercados emergentes de UBS Wealth Management, que administra US$1 billón en activos invertidos. “Realmente no saben qué camino tomar para resolver sus problemas y mejorar su imagen internamente. Creo que parte de esto es una estrategia de negociación, pero más que nada es no saber exactamente qué hacer”.

‘Por sorpresa’

“La decisión de la corte de levantar la medida cautelar tomó al gobierno por sorpresa y sin una estrategia clara”, dijo Maximiliano Castillo, director de la compañía de análisis económico ACM, que tiene sede en Buenos Aires. “Es evidente que desarrollan una estrategia de negociación ambivalente y arriesgada”.

El extinto esposo de Fernández, Néstor Kirchner, fue el artífice de la intransigencia a mantener conversaciones, lo que le aseguró la popularidad entre argentinos hartos de recesión luego del impago de 2001. El país sudamericano ya no puede dilatar los reclamos de Singer porque el fallo de la corte de los Estados Unidos le impide al gobierno hacer el 30 de junio un pago de intereses de bonos reestructurados si no les paga a los acreedores holdout.

El Ministerio de Economía dijo anoche que el fallo hace que resulte imposible hacer el pago de intereses.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo hoy que Argentina no enviará una misión a Nueva York para mantener conversaciones y que el país trabaja en el pago a los tenedores de bonos bajo la ley argentina, a los efectos de sortear el fallo estadounidense.

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