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Cencosud sigue sufriendo por su negocio de tarjetas, ahora bonistas no le levantan los covenants


Cencosud lo ha pasado mal en su intento por traspasar la administración de sus tarjetas de crédito a un banco externo. Primero falló la operación con Itaú. Y ahora que logró un acuerdo de asociación con Scotiabank, no obtuvo la cantidad suficiente de votos de los tenedores de bonos para levantar unos covenants que obligan a Cencosud a mantener el control de las sociedades encargadas de prestar apoyo a este giro.

El 20 de junio de este año, The Bank of Nova Scotia y Scotiabank Chile y Cencosud Retail S.A. e Easy suscribieron un acuerdo marco de asociación vinculante para el desarrollo conjunto del área de retail financiero en Chile. Con este objeto, Scotiabank comprará el 51% del negocio a un valor de US$ 220 millones, lo que le permitirá tener la exclusividad de la gestión por 15 años.

Cuatro días después y a solicitud de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), el holding de supermercados Jumbo informó las condiciones suspensivas que ambas partes debían cumplir.

Una de ellas se refería al alzamiento de covenants u otras estipulaciones que obligan a Cencosud a mantener el control de las sociedades. Y también se indicaba la obtención de los “waivers” o alzamiento de cualquier covenant o estipulación de los contratos de emisión de bonos, créditos u otros contratos de deuda celebrados por Cencosud (o sus entidades relacionadas) que se necesite para la transacción. Junto con ello, se indicaba que se esperaba materializar la operación en 3 a 6 meses y se daban 12 meses como plazo máximo para cumplir las condiciones suspensivas.

Ayer Cencosud informó a través de un hecho esencial que se habían realizado dos juntas de tenedores de bonos. Para sorpresa de la compañía, en la junta de los bonistas de la emisión 443, que suman cerca de US$ 400 millones divididos en tres series con vencimientos el 2027 y 2028, no alcanzó a obtener los 2/3 de los votos, aunque sí habría tenido una mayoría. En cambio, en la cita con los bonistas de la emisión 530, que suman US$ 270 millones aproximadamente, sí pudieron reunir la cantidad favorable que necesitaba.

Fuentes de la firma dicen no entender las razones que tuvieron los tenedores de la emisión 443 para no apoyar la moción o no llegar a la junta. En todo caso, señalaron que tenían dos opciones: prepagar, que tendría un costo bajo porque el bono tiene una tasa efectiva que varía entre 4,38% y 4,75% y contarían con capacidad para endeudarse más barato con el objeto de refinanciarlo; la otra es llamar a nueva reunión, asumiendo que esta vez sí lograrán los votos necesarios. En todo caso, indicaron que el acuerdo no está en peligro.

El banco que actúa como representante de los tenedores para ambas emisiones es el BICE y no se pudo tomar contacto con algún vocero de la entidad.

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