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Opinión: Cuentas Externas y Tipo de Cambio: El Ajuste ya Está Hecho


El tipo de cambio real (TCR) ya subió todo lo que tenía que subir. Propiciar devaluaciones adicionales de nuestra moneda no tiene sentido. Si el dólar observado sigue subiendo, sólo lograremos presiones inflacionarias adicionales. Más importante aún, quienes estiman simultáneamente que el tipo de cambio seguirá subiendo y que la inflación se situará cerca del piso del rango meta hacia fines de año, están cometiendo un error grueso.

¿Por qué podemos ser enfáticos en señalar que el ajuste cambiario ya está hecho? Por varias razones. Primero, porque el temido alto déficit en Cuenta Corriente ya desapareció. Tanto el año pasado como el presente, podemos esperar niveles de déficit por debajo del promedio histórico y perfectamente financiable. Segundo, porque a pesar de la caída observada en el precio del cobre en las últimas semanas, los términos de intercambio han mejorado, toda vez que el impacto positivo del desplome del precio del petróleo es más relevante. Tercero, porque el nivel actual del TCR, se encuentra claramente en la parte alta de su trayectoria de los últimos 10 años.

A pesar de lo anterior, eso no impide que sigamos teniendo presión al alza sobre el tipo de cambio observado, aunque al parecer menos intensas. Las proyecciones de crecimiento para Chile no seguirán revisándose a la baja, lo que hace cada vez menos probable bajas adicionales en nuestra tasa de política monetaria. El esperado inicio de alza en la tasa de los Fondos Federales de Estados Unidos, comienza a alejarse en el tiempo, de la mano de una inflación muy baja, la caída en el precio del petróleo y la fuerte apreciación del dólar en los mercados internacionales. Muy importante, la fuerte apreciación del dólar frente a una canasta amplia de monedas (dólar Index), parece estar llegando a su fin.

Sólo un deterioro adicional en las expectativas internas, gatillado por malos números económicos y/o por un cuadro político que se complique adicionalmente, por ejemplo con anuncio de reformas adicionales como la constitucional, hace pensar en presiones adicionales sobre el valor del dólar. Por el contrario, una sorpresa política bien recibida por los mercados, como un cambio de gabinete que permita recuperar confianzas y mejorar expectativas económicas, podría llevar a un ajuste a la baja relevante sobre el valor del dólar. En todo caso, la probabilidad de esto último parece haberse evaporado en el corto plazo.

Tomás Izquierdo
Economista

*Este análisis apareció originalmente en el Informe Mensual de febrero de Gemines

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