La preocupación internacional por el medio ambiente está centrada hoy en la problemática de la vida en las ciudades. Por primera vez son éstas las que concentran mayoritariamente la población del mundo. Así lo indica la décima edición del informe Demographia World Urban Areas, elaborado por el centro de estudios Demographia de Estados Unidos.
Para que este crecimiento urbano sea sostenible debemos procurar el desarrollo de ciudades verdes, preocupadas por el medio ambiente, desde su concepción hasta el diario vivir de sus habitantes, donde aparecen desafíos, entre otros, en planificación, en infraestructura, transporte y en demanda energética. Un ejemplo de preocupación por este tema lo muestra la organización mundial Earth Day Network, que lanzó su campaña de “Ciudades Verdes”, para proteger la salud y el bienestar de las poblaciones más vulnerables del mundo, que implica reducir las emisiones de cambio climático y fortalecer la creciente economía verde.
En nuestro país, el llamado es a que las autoridades y los ciudadanos se sumen a esta preocupación y se movilicen para acelerar la transición de sus comunidades hacia un desarrollo amigable con el ambiente. Una forma en que las personas pueden sumarse a este cambio es adoptar el reciclaje como parte de la rutina diaria.
Existe la posibilidad incluso de hacer reciclaje integral, que se puede realizar con el apoyo de organizaciones ambientales y de beneficencia, y de las propias autoridades locales. Con ello se puede reciclar desde el plástico, papel y vidrio hasta una gran cantidad de materiales en desuso que contaminan las ciudades, como colchones, electrodomésticos y la denominada “basura electrónica”, que incluye desde computadores hasta celulares, y representa una de las más importantes fuentes de contaminación. Las instancias existen.
En los Puntos Limpios los vecinos pueden realizar sus acciones de reciclaje de forma sostenida y programada, donde además monitores realizan educación ambiental, interactuando con la población y enseñando a ubicar los materiales y cómo mejorar sus hábitos de consumo y reciclaje. También es factible establecer alianzas con empresas e instituciones que requieren los desechos y los reciclan. Por ejemplo, los libros usados pueden donarse a bibliotecas que atiendan a poblaciones vulnerables, y los electrodomésticos y la basura electrónica pueden ser recolectados por empresas emprendedoras como E Waste, que cuentan con certificaciones ISO 14001, 18001 y la e-steward. Estas certificaciones aseguran que la disposición final de los desechos remanentes después de los procesos de reciclaje se realizan con seguridad y de forma amistosa con el medioambiente.
Pero no sólo el reciclaje hace ciudades más verdes, tambien el uso responsable de los recursos disponibles, y no me refiero sólo al cuidado del agua, del gas, sino también al uso razonable de nuestras vías. Cuánto podríamos ayudar a descongestionar nuestra vías, si hicieramos turnos para ir a dejar en las mañanas a nuestros hijos, o si usáramos más la bicicleta para transportarnos.
Si bien nos queda mucho camino por recorrer, parece que lo urgente es preguntarnos qué podemos hacer como comunidad para aportar a ciudadades más limpias, en las que todos aportemos y disfrutemos de una mejor calidad de vida. Ponernos en acción está al alcance de nuestras manos, es cosa de organizarnos y poner las energías en cambios positivos para que todos disfrutemos de nuestras ciudades.
Silvia Torres Giagnoni
Gerente de Asuntos Corporativos de Piedra Roja
