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El apocalipsis de las abejas a manos de una abeja… exótica

Por: Rodrigo M. Barahona-Segovia y Cecilia Smith-Ramírez


Señor Director:

El año 1997 el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) autoriza el ingreso de Bombus terrestris, un abejorro exótico e invasor a Chile para el cultivo de tomates bajo invernadero y al aire libre. Lo anterior lo hace al alero de un proyecto FIA que mostraba que esta especie era efectiva sólo en tomates de otoño cultivados en invernadero, incluso mostraba que este abejorro disminuía la producción en un 20% en tomates que no fueran de otoño respecto al método tradicional. Hasta el año 2005 el volumen de importación de este abejorro fue bajo, pero a partir del 2006, el volumen importado se incrementó hasta alcanzar el año 2015 más de 200.000 mil colonias de entre 50 y 200 individuos cada uno, y su importación continúa incrementando año a año.

El año 1997–1998 desde la comunidad científica se le advirtió al SAG lo que podría significar el ingreso de una especie invasora, pero la advertencia fue desestimada. Como consecuencia directa, el abejorro exótico por más de 20 años ha generado efectos negativos para la biodiversidad, los ecosistemas y la producción agrícola (excepto el tomate de otoño producido en invernadero y quizás en cerezo). Por ejemplo, ha reducido al 85% la abundancia de uno de nuestro abejorro nativo, llamado moscardón (Bombus dahlbomii), el más grande del mundo. Afecta la productividad de la frambuesa y se cree que también de habas y porotos, y otros frutos; y lo peor, es que trae consigo, parásitos exóticos que son declarados como inexistentes en las fronteras de nuestro país, debido a la incapacidad del SAG de hacer un screening genético para detectar dichos parásitos.

Hemos golpeado puertas… sí, muchas veces. Hemos solicitado reuniones. Hemos sido aparentemente escuchados y fruto de eso, el SAG dice por fin el 2017 haber hecho un análisis de riesgo después de 20 años de ingresar esta especie (el análisis debió hacerse en 1997). Sin embargo, cuando hemos solicitado dicho análisis personalmente o a través de la PDI (amparados en la legislación que protege la salud animal del país), el SAG guarda silencio. A fines del 2016, esta entidad estatal hizo una consulta ciudadana sobre barreras sanitarias para seguir ingresando la especie, la cual, sin previo aviso y antes de cumplir el plazo fijado para que la ciudadanía hiciera sus descargos, fue retirada. Les hemos pedido muchas veces información y respuestas, pero respuestas concretas no llegan ¿qué pretenden ocultarnos?

Hace tres años, junto a la Dra. Cecilia Smith de la Universidad de Los Lagos, hemos venido estudiando a nuestro segundo abejorro nativo, Bombus funebris, El “chololo” o “moscardón panda o del altiplano” como suelen llamarlo, desgraciadamente hemos encontrado que este también ha entrado en contacto con el abejorro invasor. En una reciente y exitosa charla en Arica, al amparo de la Universidad de Tarapacá, diversos actores sociales y empresariales mostraron su inquietud. Algunos productores de tomates aseguran que su producción ha bajado desde que usan el abejorro invasor, debido a la sobre-visita de este, fenómeno ya reportado en Europa hace casi 50 años. Los productores precordilleranos de habas nos mencionaron que el calibre de las vainas ha disminuido. El abejorro invasor roba el néctar de la flor de haba agujereando la flor en la base, no prestando el servicio de polinización (fenómeno reportado también en poroto en Europa hace más de 50 años). ¿Qué pasa? ¿Porque los agrónomos chilenos no leen la literatura antes de liberar una especie plaga al país, disfrazándola de especie mentolatum salvadora de los cultivos? Los agricultores, asesorados por agrónomos colocan tantos abejorros que, a la cuarta visita en una flor, esta puede romperse afectando la calidad del fruto, o simplemente no es necesaria, como en el caso de los abejorros usados en arándano en La Araucanía, o en tomate al aire libre.

Si los abejorros exóticos cruzan la frontera con Perú o Bolivia, estaremos comprometiendo la agricultura de subsistencia de otros pueblos originarios. De hecho, un guardaparque de Bolivia en el Parque Sajama que colinda con Chile asegura haber visto ya la especie invasora. En el sur de Chile, ya afectamos la cosmovisión mapuche y su cultura al disminuir la abundancia del moscardón producto del contacto con la especie exótica.

¿Será mucho pedir señor director que el estado de Chile haga su trabajo? Será que las autoridades no leen en inglés -el lenguaje de la ciencia- o ¿no pueden usar el google translate?… es probable. No obstante, en el 2018 en la revista nacional “Gayana”, todos los expertos en polinización del país realizaron un artículo en español, resumiendo toda la historia y mostrando los efectos negativos de esta especie que se sabía hasta ese momento (en paralelo, más efectos negativos siguen surgiendo). Además, los autores de este artículo le proponen al estado medidas que debe tomar, guiando de la mano al estado para que haga algo. Pero al parecer, el estado no quiere darse por aludido.

¿Se tendrá que extinguir el moscardón para que hagamos algo? ¿tendrá que cruzar las fronteras y afectar a los pueblos Aymará en su producción para que el presidente Boliviano enfrente judicialmente a Chile por su responsabilidad en estos hechos? ¿qué espera Chile que suceda? Si la respuesta de la autoridad será que la producción de frutas y verduras depende de está especie, pues creemos que el estado no se ha informado. Después de todo, antes de la llegada de terrestris, yo recuerdo que de niño comía tomates todo el año, pues nunca hizo falta terrestris para su producción. La razón de que esta plaga esté en Chile es abaratar los costos de los empresarios de producir de tomate de invierno.

Rodrigo M. Barahona-Segovia
Dr. (c) en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias
Universidad de Chile

Cecilia Smith-Ramírez
Dra. en Ecología y Biología Evolutiva
Universidad de Los Lagos

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