Opinión
Hay muchas señales que muestran que el modelo de economía lineal en Chile ya está empezando a quedar en el pasado. Estamos enfrentando un cambio progresivo de paradigma hacia una economía circular que nos exigirá, a todos los actores sociales, crecientes esfuerzos por adoptar nuevas prácticas e innovar en la propuesta de valor, considerando el medioambiente como factor prioritario.
En materia de packaging sustentable, se debe trabajar por la reducción, la reutilización y el reciclaje, sin olvidar incorporar el ecodiseño desde el inicio del proceso. Esto es especialmente relevante para empresas cuyos productos llegan a consumidor final.
La premisa que aquí subyace es que es mucho más eficiente prevenir el problema antes de que ocurra. El desafío de la contaminación por desechos debe ser abordado desde el origen mismo del proceso productivo, innovando en tecnologías pero también en materiales, para descubrir nuevas opciones capaces de conservar la calidad y propiedades del producto, minimizando su impacto ambiental.
En Chile, el camino se está trazando. En agosto de 2020 firmamos el Acuerdo de Producción Limpia (APL) de Ecoetiquetado, impulsado por el Ministerio del Medio Ambiente, Sofofa, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, el Sernac, la Asociación de Consumidores ADC Circular y diversas empresas, lo que ha permitido certificar cerca de 1000 envases con el sello #ElijoReciclar.
Esta se transformó en la primera ecoetiqueta masiva de Chile, que entrega información clara y expresa a los consumidores sobre la reciclabilidad de envases de uso cotidiano, lo que sin duda, es un paso importante en esta cadena, que requiere también de la conciencia de los ciudadanos respecto de la disposición final de los empaques.
En Nestlé Chile, a la fecha ya, contamos con siete categorías de alimentos con productos con empaques reciclables con este sello y seguimos trabajando a toda velocidad para continuar sumando. Esto demuestra nuestros avances hacia el compromiso global de la compañía de lograr que el 100% de nuestros envases sean reciclables o reutilizables al año 2025.
Sin duda que este APL y la Ley REP, pronta a implementarse, promueven el reciclaje, la valorización de los residuos y la evolución hacia el packaging sustentable. En los espacios donde se encuentran las brechas para hacer viable una economía circular, se debe trabajar de manera colaborativa. Desde el sector privado, podemos pensar cómo avanzar en modelos de negocios innovadores, como sistemas de “refill”, soluciones que ayuden a reducir la utilización del plástico de un solo uso, y por supuesto en concientizar a nuestros consumidores sobre la importancia de hacer una disposición final responsable de los envases post consumo.
La pandemia nos ha mostrado que los problemas sanitarios hoy son problemas globales, lo mismo pasa con los desafíos medioambientales. Es por eso que el norte y las metas en materia de packaging sustentable deben estar claras. Probablemente cuando esta crisis haya terminado el tema ambiental será igual o más importante, porque el mundo lo pide y nuestros consumidores también.
