Opinión: cuando los alemanes eran realmente malos
Aprovechando este momento de dolor de los germanos tras la eliminación del Bayern de la Champions, el periodista Aldo Schiappacasse escribe una columna sobre los pecados que Alemania ha debido pagar en el Séptimo Arte. Desde “Casablanca”, filmada en pleno conflicto, hasta la saga de “Indiana Jones”, los nazis encarnaron al mal en la pantalla y fueron aniquilados en cada tiroteo que el celuloide propuso para retratar la guerra.
Nada más natural que ver a un soldado del Tercer Reich (preferentemente a un sargento) recibiendo una buena dosis de plomo en alguna cinta alusiva a la segunda conflagración mundial. Algo que, obviamente y por sobre un juicio histórico más objetivo, no termina por agradar a los alemanes.
Una situación muy distinta se ha vivido en el fútbol planetario de post guerra, donde los equipos germanos suelen marcar la pauta, tanto a nivel de clubes como de selecciones.
Esta semana, a propósito de la eliminación sin excusas del Bayern frente al Barcelona, en Münich, por una de las semifinales de Champions, Aldo Schiappacasse escribe en la revista El Ágora (www.elagora.net) un texto de la filmografía existente sobre partidos de fútbol entre prisioneros y sus captores (los nazis, obvio), donde indefectiblemente los alemanes eran derrotados en la cancha, aunque después se tomaban revancha a balazo limpio:
“Hay una historia que es la esencia del cine futbolero. Todo nace de un clásico llamado “Ket Felido a Pokolban”, una cinta húngara que tomaba libremente la historia del Dinamo de Kiev (Ucrania) de 1942, que según la historia (o la leyenda) fue obligado a enfrentar a una selección del ejército nazi invasor. Tras un primer tiempo de morondanga, los ucranianos, picados en su amor propio, dieron vuelta el partido, lo que fue una mala idea porque una vez decretado el final de la brega, varios de ellos fueron enviados a campos de concentración y otros fusilados.
“Match en el infierno’, como fue bautizada en español, matizaba la historia. El partido era entre prisioneros de un campo y sus captores. Al final, con un gol de un puntero izquierdo judío, se desata la tragedia y todo el equipo es aniquilado por el fuego de las metralletas. Fue tanto el éxito de la cinta de Zoltan Fabri, que un año después los soviéticos copiaron con calco la trama en ‘Tretiy Taym’, aunque añadiéndole algunas mejoras: la estrella era un ruso que marca sobre la hora el gol del triunfo, aunque no les alcanza para librarse de la muerte.
“En 1981, Sylvester Stallone, que aún gozaba del éxito de ‘Rocky’ y de ‘Rambo’, quiso hacer una mixtura entre deporte y anticomunismo, adaptando la historia. En ‘Victory’ (Fuga a la victoria) ambienta el partido en Francia, Pelé hace un gol de chilena, pero ‘Sly’ se reserva la gloria para él: ataja un penal que le daba el triunfo a los alemanes. Como para Hollywood la matanza era un final muy triste, es la gente cantando La Marsellesa la que salva a los jugadores- prisioneros, incluyendo a Osvaldo Ardiles (campeón del mundo en Argentina ’78) y a Michael Caine, quien hacía de defensa central aplicado y aguerrido, que ya se lo habría querido la Universidad Católica.
“El bodrio es aplaudido por muchos que la han elegido como la mejor película de fútbol de todos los tiempos, quizás porque fue dirigida por John Huston o, tal vez, porque no tenían con qué comparar. El hecho es que los rusos y los ucranianos financiaron una cuarta película de similar temática el 2012, justo para la Eurocopa de Polonia y Ucrania. Mala idea, porque las autoridades retardaron el estreno y editaron la cinta, porque podría haber predispuesto a la parcialidad en contra de la selección germana, que con su poderío y contundencia ya genera bastante antipatía. ‘Match’ se exhibió tarde y cortada, y así era claro que no iba a hacer historia.
“Los alemanes efectivamente se enojaron, pero no tanto, porque fueron eliminados por los italianos en semifinales, aunque ese equipo de Joachim Löw ya incubaba el germen del campeón que deslumbraría en Brasil.
“La leyenda de los alemanes malos la traemos a colación no sólo por la eliminación del Bayern, sino también porque Hollywood planea hacer… ¡un nuevo remake! También se llamaría Victory, la dirigiría Doug Liman y ya estaría palabreado para un papel nada menos que David Beckham, quien se las vería dura para interpretar a un prisionero de campo de concentración sin perder el toque fashion. Dios nos libre”.