Flavia Pennetta conquista Nueva York y anuncia su retiro

Las entradas para la final de damas del Abierto de Estados Unidos se agotaron hace 16 días, bastante antes que para la final de varones de mañana. Y no fue por la presencia de Flavia Pennetta ni Roberta Vinci. Las italianas no aparecían en ningún pronóstico, y el público neoyorquino compró todas las localidades porque quería ver cómo Serena Williams conquistaba el Grand Slam.

Pero Serena vio la final por televisión.

Una final impensada, increíble, entre dos veteranas de 33 y 32 años que nunca habían ganado nada y que antes de iniciarse el torneo estaban 26ª y 43ª en el ranking de la WTA.

Pero tuvieron un avance impensado, en muchos casos al máximo de sus posibilidades o incluso más allá de ellas, hasta culminar ayer con triunfos sobre las número 1 y 2 del escalafón para llegar a su primera final de un torneo de esta envergadura.

Pennetta, por ranking y trayectoria, era la favorita, pero los favoritismos no jugaron en Flushing Meadows este año y cualquier cosa podía pasar. Como que finalmente se quedara con la corona y anunciara su retiro.

“Esta es la forma en la que me gustaría decir adiós al tenis”, dijo justo antes de recibir el trofeo. Explicó que había tomado la decisión antes del torneo y aseguró que la victoria es la manera perfecta de despedirse. “Creo que es lo que todos los jugadores quieren hacer. Irse con un gran trofeo”, subrayó.

Quizás por lo mismo asumió el control desde la primera bola con agresividad, inteligencia y protagonismo. Pero, por sobre todo, ganas.

Y no es que Vinci no tuviese lo mismo, pero hubo pequeñas diferencias que decantaron el triunfo en favor de su rival y amiga nacida en Brindisi hace 33 años.

Al final se llevó el título con una clara victoria por 7-6(4) y 6-2, en algo más de una hora y media, y se convirtió en la segunda italiana en ganar un torneo de Grand Slam (Francesca Schiavone se impuso en Roland Garros 2010).

Vinci apostó por el mismo expediente que le permitió derrotar a Williams: deslizando desde el fondo de la cancha su slice de revés y esperando el momento para soltar la derecha y subir a la red.

Pero Pennetta se mostró mucho más regular que la número 1 del mundo, y desde esa consistencia encontró premio.

Tras quiebres sucesivos, la paridad se resolvió en el tie break, donde una mala devolución de Vinci terminó facilitándole las cosas a Pennetta, que con un saque ganador cerró la primera manga.

En el arranque del segundo, lo de Pennetta fue un huracán y se puso con rapidez impensada 4-0 arriba. Y aunque devolvió uno de sus quiebres, la ventaja era demasiado amplia para poner en riesgo su triunfo.

“Nunca pensé llegar tan lejos ni menos ganar el torneo. Le agradezco a todo el público de Nueva York todo el apoyo que nos dieron. Son muy lindos”, dijo Pennetta tras la victoria, con la que ascenderá al 8° lugar del ranking, el mejor de su carrera (fue 10ª en 2009).

Mientras, la nacida en Taranto hace 32 años será 19ª como subcampeona.

Fue la final inesperada, y que batió varios records, como el de ser la definición de Grand Slam en la que se midieron las rivales más longevas. Nunca nadie había sumado 65 años en una final.

Y eso que no estaba Serena.