El comisario europeo para la migración, Dimitris Avrapoulos, y el enviado especial del secretario general de la ONU para asuntos migratorios, Peter Sutherland, definieron la crisis de los refugiados como un desafío a los valores claves de ambas instituciones y llamaron a la solidaridad internacional ante la dramática situación que viven miles de personas -entre ellas, bebés y niños- que escapan de la guerra, cambio climático, persecución política o amenazas a su vida y a sus familias. Además, lamentan el surgimiento de populismos, nacionalismos y xenofobia.