Elegantes movimientos en la barra, más potencia en la cancha. Eso buscan los jugadores del equipo Wigan Warrior sub-19 de la liga inglesa de rugby, que toman clases semanales de ballet. Descubrieron que la disciplina que creían «solo para chicas» es más dura de lo que parece. Sus entrenadores dicen que la elasticidad y la fuerza que desarrollan con los movimientos de la danza les ayudan a aumentar la potencia y a evitar lesiones.