El almuerzo del sábado en la mansión presidencial de Seúl entre Moon y Kim Yo Jong fue el encuentro diplomático más significativo entre los rivales en años. La noche anterior, Kim Yo Jong y otros delegados norcoreanos asistieron a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, observando una marcha «unificada» del equipo coreano bajo una pancarta que mostraba una Península de Corea sin divisiones.