El sábado, el municipio de Pacaraima, en el norte de Brasil, en la zona fronteriza con Venezuela, se vio sacudido por una serie de disturbios que tuvieron como blanco un grupo de inmigrantes venezolanos que se encontraba en tiendas de campaña.
Se trata de una comunidad de venezolanos que han huido de la crisis económica en su país y que fueron atacados por un grupo de personas, algunas de ellas con piedras y palos.
Los inmigrantes fueron obligados a desalojar el campamento en el que estaban para regresar a territorio venezolano.
Posteriormente, las tiendas de campaña y muchas de sus pertenencias fueron destruidas.
Aunque las circunstancias de cómo comenzaron los disturbios son confusas, se cree que una protesta que se inició de forma pacífica, se volvió violenta.
Los manifestantes protestaban por el caso de un comerciante brasileño que fue golpeado y robado supuestamente por cuatro venezolanos, el viernes.
Las autoridades brasileñas anunciaron el envío de 60 soldados para reforzar la seguridad en la zona y la cancillería de Venezuela se comunicó con el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil para «solicitar las garantías correspondientes a los nacionales venezolanos y tomar las medidas de resguardo y seguridad de sus familias y propiedades».