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“Poderosas”, las imágenes como resistencia y memoria

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María José Quesada Arancibia
Por : María José Quesada Arancibia Licenciada en Filosofía. Coordinadora general en El Mostrador
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El conjunto de estos ensayos profundiza sobre las mutaciones que afectaron al espacio público post golpe de Estado, principalmente el rol de la iglesia, la educación popular, el surgimiento de la disidencia en revistas literarias y el papel del feminismo.


Editado por Ana María Risco y Sandra Accatino, “Imágenes poderosas que confrontaron el orden dictatorial en Chile”, reúne cuatro ensayos que muestran esta especie de grito mudo que marcó a la producción artística durante la dictadura.

Este libro, publicado en el contexto de los cincuenta años del golpe de Estado (septiembre 2023) por Ediciones Universidad Alberto Hurtado, plasma el drástico cambio que hubo del espacio público post golpe y relata cómo “el nuevo orden clausuró toda posibilidad de pensamiento social tras un vigilado silenciamiento”.

Tal como comentan sus editoras en la nota introductoria, el papel de la imagen tomó especial relevancia tanto para el régimen como para la disidencia, y esta última es en la que se intenta hacer énfasis, en cómo la sociedad civil contraria a la dictadura se manifestó a través del arte y la fotografía. El campo fotográfico en ese sentido tuvo un rol protagónico, fue capaz de capturar a través su lente los horrores de las violaciones a los derechos humanos.

El conjunto de estos ensayos profundiza sobre las mutaciones que afectaron al espacio público, principalmente el rol de la iglesia, la educación popular, el surgimiento de la disidencia en revistas literarias y el papel del feminismo.

Este libro entonces se presenta como un testimonio visual y poderoso, tal como lo indica su título, “porque su mera existencia permitió que el dolor, el miedo, y el horror fueran, en parte, desanudados, y que la experiencia íntima, brutal y silenciosa de la violencia ejercida por el estado fuera enunciada y registrada y se volviera, entonces, una experiencia compartida”.

“Instituir la imagen negada” es el nombre del primer ensayo escrito por Paulina González. Aquí muestra la importancia que tuvieron los derechos humanos y cómo se plasmó su lucha mediante imágenes religiosas que representaban la tortura y la desaparición forzada de personas. A través de un imaginario religioso se podía comprender lo que estaba sucediendo, especial importancia tuvo la Vicaría de la Solidaridad.

El segundo capítulo, “Sobrevivir para contar: Juan Maino y sus fotografías para el Programa Padres e Hijos, del CIDE”, de María Alejandra Figueroa, busca entregar la mirada colectiva desde la educación popular, historias de resistencia como fue el CIDE, destacando el legado de Juan Maino, quien fue desaparecido.

El tercer ensayo, “Resistencia de materiales: revistas literarias en dictadura”, de David Bustos, aborda las portadas de Hojaxojo, La Castaña, La gota pura y La pata libre, todas publicadas durante el llamado “apagón cultural” de los ochenta.

Finalmente, el cuarto ensayo llamado “Una respuesta visual desde los afectos. Fotografía feminista en el período de la dictadura cívico militar (1980-1990)”, Alexandra Benitt reconstruye la articulación entre mujeres que resistieron en los 80. A partir de una revisión de las fotografías de Mariela Rivera y Cecilia Riquelme, la autora pone el foco en esta otra mirada, la de las mujeres y la resistencia como acto político.

A cincuenta años del golpe, este libro es un testimonio de la imagen de aquellos años de la dictadura.

Revisa la reseña completa a continuación:

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