
Pilar Rahola: “Trump quiere entrar en la historia como quien resolvió dos conflictos abiertos”
Según la periodista y analista internacional, la guerra ruso-ucraniana y la de Hamas con Israel presentan una oportunidad única para el magnate inmobiliario de lograr el Nobel de la Paz. Esto le permitiría igualarse con Barack Obama, “su adversario natural”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó este lunes a Rusia con aranceles “secundarios” si ese país no llega a un acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania en los próximos 50 días. Asegurando que se encuentra “muy, muy decepcionado” con Vladimir Putin por el desarrollo del conflicto, el magnate inmobiliario adelantó que, de no lograrse un fin a la guerra que se arrastra desde 2023, los aranceles a los países que comercien con Rusia podrían llegar al 100%.
Esto representa un giro importante respecto de su postura pasada en el conflicto, en donde durante varios meses EE.UU. se había mostrado reticente a continuar brindando su apoyo militar a Ucrania, con Trump exigiendo que los países europeos miembros de la OTAN asumieran una mayor carga financiera en la empresa bélica.
Hoy en Al Pan Pan, con Mirna Schindler: conversamos sobre el rol geopolítico de Donald Trump con la periodista y analista internacional Pilar Rahola, que identifica en sus posturas geopolíticas menos una posición de estadista y más un estilo personalista de relacionarse con otras potencias.
“Siempre que hablamos de Trump hay que ponerse en su mentalidad: es un comerciante, es un negociador y, por tanto, toda la clave internacional también la plantea en términos de negociación. Desde el principio que llegó a la administración y que puso sobre la mesa el tema de Ucrania, lo puso siempre desde un planteamiento de la negociación. ‘Doy fuerza, me acerco, me alejo‘, etcétera”, aseveró la experta, citando el lenguaje proxémico que desplegó en su comentada cita que sostuvo con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca.
Ese estilo de negociación, que en su momento afectó al lado ucraniano, hoy lo hace pero por el ruso, debido a que la administración norteamericana ―y en particular Donald Trump― “tiene claro que esta guerra hay que acabarla, porque, por otro lado, tampoco podemos mover un tanque en Polonia. Por tanto, no vamos a ir más allá de la guerra que tenemos. No hay posibilidad de una escalada, es imposible, a no ser que quisiéramos una locura que nadie quiere”.
“Entonces, estamos en ese punto de la negociación. Y Trump, como buen negociante, utiliza el dinero, que es siempre una de las cosas que más le funcionan. Le está funcionando en su negociación con China y con la Unión Europea. Entonces, lo que hace es decirle ‘me estás molestando, Putin, te voy a enseñar un poquito’”, analizó Rahola.
En esa línea, y reforzando su enfoque personalista, la analista aseguró que el norte de Donald Trump está en terminar su carrera política con un reconocimiento internacional indebatible a su gestión: “Trump, sin duda, mira con el ojillo a Obama, que además es un adversario natural, porque tuvo el Nobel de la Paz y él (Trump) lo quiere”.
“Pero, sobre todo, lo que quiere Trump es entrar en la historia, que no pasa por ser un presidente de gobierno americano, por importante que sea: pasa cuando acabas una guerra”, evaluó, citando el ejemplo de Winston Churchill.
Los ojos de Trump en Palestina
En esa línea, entre los objetivos prioritarios de Donald Trump también está el resolver el conflicto entre Hamas e Israel en la Franja de Gaza. Según Rahola, el ideal de Trump es un Medio Oriente donde lo que fluya no sea la violencia o la inestabilidad, sino “los ejes económicos y energéticos”, y en donde se debilite la posición de Irán en la región.
“Piensa que Irán es 80 veces mayor que Israel, para hacernos una idea. Un gigante militar, un gigante político y un gigante geopolítico que había conseguido establecer lo que se llama un ‘círculo de fuego’ contra Israel”, afirmó.
No obstante, también aseguró que entre los planes de Trump no está una extensión del conflicto en Gaza, por cuanto no beneficiaría a ninguno de los actores en la región, él incluido: “En estos momentos, todo lo que sea tardar en conseguir que lo que queda de Hamas se vaya de Gaza, que es el objetivo, es desgastante para el propio (Benjamín) Netanyahu y además cansa muchísimo Trump, que tiene ganas de ir muy deprisa. Netanyahu no va a alargar esa guerra si puede acortarla, sobre todo porque Trump no se lo va a permitir”.
Asimismo, también afirma que entre los planes de Trump para la gobernanza palestina está que Hamás “no tenga nada que ver” en el futuro de Gaza, buscando la salida de sus combatientes del territorio, ya que algunos países de la región estarían dispuestos a aceptarlos.
“Yo creo que el plan de entrada (o lo que más o menos yo puedo intuir y escuchar) es un plan de reconstrucción, que tendría que ser un Plan Marshall, en el que habrá bastantes implicados para una reconstrucción de Gaza”, adelantó la analista, poniendo como ejemplo el plan de reconstrucción de Europa impulsado por Estados Unidos posterior a la Segunda Guerra Mundial.