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Tropas aliadas e iraquíes se preparan para la batalla por Bagdad

Sin detenerse a asegurar la retaguardia, las tropas angloamericanas se congregan cerca de la capital de Irak para librar lo que se supone será la batalla decisiva: el choque con la Guardia Republicana que protege a la ciudad y al Presidente Sadam Husein.


En medio de desmentidos iraquíes, el comando angloamericano aseguró que ha logrado desplazar al grueso de las tropas aliadas a solo 80-90 kilómetros de Bagdad enfrentando solo resistencia en las inmediaciones de los núcleos urbanos. De este modo, las tropas que el dirige el comandante en jefe de las fuerzas aliadas, general Tommy Franks, siguen con su estratégico avance «rápido», sin haber asegurado la retaguardia, donde quedan focos de resistencia en las ciudades meridionales de Basora y Nasiriya.



La estrategia, que se ve impelida por la necesidad de asegurar una victoria en el corto plazo que tranquilice a los mercados que ayer se derrumbaron ante la expectativa de un conflicto más largo de lo presupuestado y de mantener la moral de los combatientes.



Por su parte, las autoridades del gobierno Iraquí llamó a la población a defender la capital, a la vez que ofreció millonarias recompensas a quien derribe aviones y helicópteros; y quienes maten o capturen a soldados aliados.

En el sur iraquí, las tropas aliadas han topado con una fuerte resistencia, previsiblemente protagonizada el Cuerpo Especial de la Guardia Republicana (unidad de elite del Ejército de Irak) y por elementos de algunos organismos de seguridad del régimen de Bagdad que les han impedido asegurar dichas posiciones. Pese a ello, el grueso del contingente aliados sigue su avance hacia la capital: Bagdad.



Este hecho, junto a la fuerte impresión que han causado las imágenes de soldados capturados o muertos por la resistencia iraquí, está levantado las primeras críticas a la estrategia desarrollada en Irak por el general Franks, a quien se acusa de estar obsesionado con la batalla de Bagdad, sin proteger adecuadamente a las columnas que avanzan demasiado rápido hacia la capital iraquí, lo que provoca dificultades logísticas de abastecimiento de la tropa. Asimismo, oficiales estadounidenses consideran "peligroso" forzar el avance sin dejar asegurada las ciudades del sur donde se sigue combatiendo a los focos de resistencia.



Antes de lanzar el ataque sobre la capital, cuya defensa se prevé que será encarnizada, Franks pareciera haberse detenido para agrupar a las tropas para un avituallamiento completo. El tramo final hacia la ciudad podría ser encabezada por la 101 División Aerotransportada, unidad de alta capacidad ofensiva y rápido despliegue a bordo de helicópteros de asalto «Apache» y de transporte de tropas.



Desmentido de Sadam



Pese a que las fuerzas iraquíes apostadas en Bagdad aceleran la preparación de la defensa, el gobierno de Sadam Husein negó que las fuerzas de la coalición angloamericanas se encuentren a menos de 100 kilómetros de la capital iraquí, calificando los anunciado como «parte de la guerra sicológica», de los estadounidenses y británicos.



Tanto primer ministro británico, Tony Blair, como el presidente de EEUU, George Bush informaron ayer que las fuerzas de la coalición se encontraban a menos de cien kilómetros al sur de Bagdad, cerca de la ciudad de Karbala.



Bush, junto a anunciar la proximidad de la batalla "decisiva", pidió al Congreso la aprobación de un plan de gastos «suplementarios» por 74.700 millones de dólares para financiar la guerra, la reconstrucción y la ayuda humanitaria en Irak. Aunque Bush presentará la solicitud formalmente hoy, martes, en su visita en la víspera al Pentágono analizó con los principales líderes del Congreso los pormenores del plan, el cual incluiría más fondos para la seguridad nacional y de cooperación para Israel, Egipto y Jordania.
La respuesta de los congresista fue del satisfactoria a las pretensiones de la Casa Blanca y, según el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert: «esperamos hacer avanzar esta legislación… tan pronto como sea posible».

El 83,3 por ciento de los fondos suplementarios -62.600 millones de dólares- irían para financiar los gastos en que está incurriendo el Pentágono para mantener el despliegue y las operaciones en suelo iraquí.



Dicha cantidad debería cubrir los gastos relacionados con las operaciones en el Golfo Pérsico durante los primeros 30 días de conflicto, sin incluir una ocupación posterior e indefinida de Irak.
Además, el fondo «suplementario» incluirá 1.000 millones de dólares en asistencia directa y otros 9.000 millones en garantías de préstamos para Israel.



La solicitud añade 2.000 millones de dólares en garantías de préstamo y 300 millones en ayuda a Egipto, y hasta 1.200 millones para Jordania.



según un análisis del grupo «Contribuyentes con Sentido Común», Estados Unidos ha gastado, hasta el momento, 1.000 millones de dólares en misiles crucero, 380 millones de dólares en uniformes especiales contra ataques bioquímicos y más de 100 millones en misiones de combate aéreo.



Guerra en dólares



Sin embargo, la disposición favorable que ha encontrado Bush en el Congreso, podría cambiar si la guerra se prolonga demasiado. EEUU enfrenta un creciente déficit fiscal -que este año se espera imponga un récord de más de 300.000 millones de dólares-, que ha llevado a algunos legisladores a criticar la falta de claridad de la Casa Blanca a la hora de calcular el costo efectivo que tendría la guerra y ocupación de Irak.



El cálculo inicial del Pentágono era de cerca de 95.000 millones de dólares, el cual ha sufrido modificaciones a media que las operaciones avanzan. Ante la falta de una cifra definitiva, las dos ramas del Congreso decidieron aprobaron, la semana pasada, un proyecto de ley de presupuesto que dejó fuera los gastos bélicos. Solo de modo preventivo, el Senado aprobó un desvío de 100.000 millones de dólares del plan de recortes de impuestos que impulsa la Casa Blanca, para financiar los gastos del conflicto.



El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, minimizó las críticas por el déficit y aseguró que EEUU puede costear la guerra y reducir al tiempo los impuestos, «porque los dos van de la mano».



«Cuanto más fuerte es la economía, más fuerte somos como país y cuanto más fuerte como país, más fuertes son nuestras fuerzas armadas», aseguró Fleischer, quien no precisó si el presupuesto incluirá ayudas para el sector de la aviación comercial.



Al contrario de lo ocurrido durante la primera guerra en el Golfo Pérsico (1991), los contribuyentes en EEUU afrontan la posibilidad de cargar, casi por sí solos, con los gastos del conflicto iraquí, con la excepción del aporte del Reino Unido.



El problema del dinero puede ser acuciante si el conflicto se prolonga, como parece apuntar el aumento de la resistencia iraquí detectado en los últimos días.



«El costo de la guerra abrirá un agujero en el presupuesto», y sin la ayuda internacional esta carga «dejará a EEUU en una posición financiera y militar vulnerable», dijo Keith Ashdown, de la organización «Contribuyentes con Sentido Común».



En un análisis separado, Ashdown señaló que los costos del conflicto en Irak excederán los 110.000 millones de dólares este año y más de 550.000 millones en la próxima década, si la guerra dura un mes y la ocupación y reconstrucción otros ocho.



Ivan Eland, analista de defensa del Instituto Cato, un centro de estudios de Washington, advirtió de que el multimillonario costo de la guerra puede afectar a la débil recuperación económica.



Pelea de fondo



En lo que los analistas consideran será la batalla crucial de esta guerra, en Bagdad y sus inmediaciones las fuerzas militares de Estados Unidos y el Reino Unido deberían batirse casi cuerpo a cuerpo con las unidades de elite de la Guardia Republicana, el cuerpo mejor armado y predispuesto al combate con que cuenta Sadam Husein. Asimismo, según informes emanados anoche, la defensa de Bagdad incluye trampas con petróleo y el uso de armas químicas en caos extremo, según la cadena de televisión CBS.



Por su parte, las tropas aliadas están congregándose en las "cercanías" de Bagdad. Gruesas columnas blindadas, tras recorrer cerca de 500 kilómetros desde su entrada a suelo iraquí, la semana pasada, están repostando vituallas y combustible para iniciar en las próximas horas o días el asalto sobre las fuerzas que defienden la capital de Irak.

Los primeros combates con la Guardia, sin que hayan llegado aún a ser terrestres, se dieron durante la operación de los helicópteros de ataque AH-64 Apache, uno de los cuales cayó y sus dos tripulantes fueron capturados y mostrados en la televisión iraquí.



Las fuerzas de tierra de EEUU que avanzan hacia Bagdad aún no han tenido «combates directos con las fuerzas de la Guardia», afirmó el general Stanley McChrystal, jefe adjunto de operaciones del Estado Mayor Conjunto estadounidense.



El ataque de los Apache se centró en la división acorazada Medina, una unidad de elite que es «una de las divisiones más poderosas de la Guardia» Republicana, explicó McChrystal en una conferencia de prensa.



Bagdad está rodeada por seis divisiones de la Guardia Republicana y la Guardia Republicana Especial, que han establecido dos anillos de defensa.



La estrategia de EEUU es debilitar lo más posible a las divisiones de elite de la Guardia Republicana mediante ataques con misiles Crucero, aviones y helicópteros, antes de comenzar el asalto de las fuerzas terrestres.



McChrystal explicó que los Apache fueron usados en esta ocasión, en lugar de aparatos que volaran a más altura, ya que pueden rastrear blancos camuflados o escondidos y atacarlos inmediatamente.



Añadió que el jefe de las operaciones, el general Tommy Franks, «controla el ritmo de la operación», y aseguró que las tropas estadounidenses en Irak, a pesar de que no son muy numerosas, sí son suficientes para llevar a buen término la guerra.



«Creo que lo está haciendo muy bien con lo que tienen», dijo McChrystal respecto a los medios de que dispone Franks, el jefe del Mando Central de las fuerzas armadas estadounidenses.



EEUU está concentrando en el sur de Bagdad a las columnas que forman la III División de Infantería y buena parte de la I Fuerza Expedicionaria de Infantería de Marina. También ha puesto en acción a la 101 División Aerotransportada.



Las tropas han llegado rápidamente hasta las cercanías de Bagdad siguiendo una arriesgada estrategia de lanzarse hacia la capital, aunque para ello han dejado atrás ciudades sin conquistar y núcleos de resistencia que el Pentágono califica de «esporádica».



Los analistas militares consideran que a partir de ahora los aviones de EEUU y el Reino Unido intensificarán sus misiones contra objetivos de la Guardia Republicana en torno a Bagdad.



EEUU ha lanzado más de 2.000 misiles y bombas guiadas sobre Irak contra blancos predeterminados, aunque numerosas escuadrillas, sobre todo de aviones A-10, acompañan a las tropas y atacan cualquier objetivo militar que obstaculice su avance.



Un A-10 fue el que lanzó varios proyectiles contra un puente cerca de la frontera entre Irak y Siria, y alcanzó de forma accidental a un autobús en el que seis trabajadores sirios resultaron muertos y un número indeterminado heridos.



McChrystal aseguró que el avión lanzó sus proyectiles antes de que el autobús entrara en el puente, y consideró que muertes como éstas «son lamentables».



El Mostrador/Agencias



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