Piloto primero, fotógrafo después, el artista galo fundió sus dos pasiones en un trabajo que lo ha llevado a recorrer y retratar casi todo el globo. En el marco de la Semana Francesa 2003, Arthus-Bertrand mostrará parte de su colección La Tierra vista desde el cielo, su obra más conocida, además de Los franceses y Bestiario, en lo que será una de las exposiciones más importantes del último tiempo en Chile.
Hasta fines de los 80, Yann Arthus-Bertrand había hecho casi de todo para vivir: fue actor de cine, estuvo a cargo de una reserva ecológica y se ganaba algunos pesos pilotando un globo aerostático. Con una vida sin grandes sobresaltos, se fue de Francia cuando tenía 30 años junto a su esposa para iniciar un estudio sobre los leones en Kenia, sin sospechar que esa experiencia sería determinante para su futuro.
Parque Nacional de Yellowstore, Wyoming, Estados Unidos.
Así fue como llegó a la fotografía, sin nada preconcebido. Casi por azar. Pero lo que no lo fue, es el giro que le dio a su nuevo oficio: captar imágenes desde el aire, fundiendo, así, sus dos pasiones. Desde entonces, su carrera cambió completamente, sobre todo cuando decidió iniciar el ambicioso proyecto: La Tierra vista desde el cielo, que fue patrocinado por la Unesco y que tenía un fuerte componente ecológico, pues Yann quería retratar el "estado del mundo", hacer una especie de catastro, antes del cambio de milenio.
De ahí vino el libro y sus increíbles 2 millones de ejemplares vendidos -cifra inédita para un texto de fotografías-, las exposiciones por el mundo y las cerca de 35 millones de visitas a sus obras. La popularidad que ha alcanzado el artista, motivó a la embajada de Francia en Chile para invitarlo a formar parte de las actividades que la representación gala ha preparado para este año. La visita de Arthus-Bertrand es uno de los puntos altos y que brilla con luces propias en esta tercera versión de La Semana Francesa en Chile.
El artista, que ya estuvo en el país en diciembre del año pasado y en abril de este para tomar fotografías del norte y el sur, estará de paso para inaugurar la exposición central y que lleva el mismo nombre de su libro, como también las muestras Los franceses y Bestiario, para luego viajar a la Antártica.
Bultos de algodón, Thonakaha, Costa de Marfil.
Las imágenes de La Tierra vista desde el cielo, que son la que de seguro concitarán mayor interés, serán exhibidas desde 1 de octubre hasta el 30 de noviembre en la Plaza de la Constitución, exposición que estará abierta al público las 24 horas del día, mientras que Los franceses se montará en la galería Le Click y Bestiario en la Isabel Aninat.
Un espejo gigante en el cielo
"Yann Arthus-Bertrand rescata la cosa ecológica no militante, pues hace un registro de cuál es el estado de la Tierra en sus distintas áreas, de la diversidad cultural del mundo y las tradiciones que se van perdiendo con el tiempo", sostiene Javier Gómez, uno de los productores de la exposición.
Para Gómez, el valor del trabajo de Yann está también en su valor "didáctico", pues, además de su finalidad estética, "se preocupa de crear conciencia respecto a la diversidad cultural y a la necesidad de preservar los recursos a través de un desarrollo sustentable de todo lo que nos provee la naturaleza".
El particular sello del francés ha encontrado ecos en Chile. Guy Wenborne, como Arthus-Bertrand, es fotógrafo y piloto, lo que lo ha llevado a realizar un proyecto con características similares a la de su alter ego. "Lo que él hace me tocó mucho y ciertamente me ha influenciado", confiesa.
Caravana de dromedarios en los alrededores de Novackcott, Mauritania
"Si bien he desarrollado una veta distinta, más cargada a lo abstracto y artístico, lo de Yann me parece impresionante por su capacidad de emprender un proyecto de esa envergadura. Además, la información recopilada es sumamente importante para poder retratar la cara que nos muestra la Tierra desde el aire, donde se notan todas las cicatrices, la piel de nuestro mundo".
Para Wenborne, que tuvo "la suerte" de juntarse con Arthus-Bertrand el año pasado cuando estuvo en Chile, las fotos del francés "netamente artísticas no son, ya que su valor está en el conjunto de todo el material que recopila al mostrarnos la Tierra desde un punto distinto al que estamos acostumbrados a ver. Lo que hace es instalar un espejo en el cielo para poder mirarnos y así poner de relevancia todos los aspectos maravillosos de la naturaleza como también los negativos que se le están haciendo. Lo suyo es como una voz de alerta".
Las dimensiones de las fotos, 1.80 por 1.25 metros en promedio, así como la belleza y su espectacularidad, hacen que se vislumbre, como en todos los países por donde ha pasado esta exposición, una éxito total, similar quizás, considerando las diferencias, a lo de Spencer Tunick o Robert Doisneau, que batió un récord de visitas en el Bellas Artes.
Cementerio de carros iraquíes en el desierto de Jahra, Kuwait
"Lo de Tunick es más provocador, mientras que lo de Yann es una mirada mucho más romántica y entendible por un público más general, porque no provoca tanta polémica. Pero sin duda, este tipo de exposiciones ayudan a mostrar que la fotografía es un medio que sirva para muchas cosas distintas y que realmente influye. Es por eso que la muestra La Tierra vista desde el cielo será una de las más importantes que se han hecho en Chile".
Para Javier Gómez, "más que con Tunick, haría un cruce con Robert Doisneau, quien desató la moda de hacer grandes exposiciones de fotografías asequible al público". Según él, "ese fenómeno desató la moda de muchas galerías que quieren exponer ahora fotografías, lo que es nuevo en Chile. Si efectivamente se cumplen las expectativas que hay con la visita de Arthus-Bertrand, se empezará a consolidar esa tendencia, lo que ojalá sea aprovechado por los fotógrafos nacionales".
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