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Se entregan militares rebeldes que atacaron al presidente de Timor

Los rebeldes eran buscados desde que el pasado 11 de febrero cuando dispararon contra el mandatario José Ramos Horta, y tendieron una emboscada al primer ministro, Xanana Gusmao.


El jefe militar rebelde Gastao Salsinha y doce correligionarios implicados en los atentados contra los dos líderes políticos de Timor Oriental, se entregaron este martes a las autoridades tras varias semanas de negociaciones.



Salsinha, quien desde la semana pasada era custodiado por las fuerzas de seguridad en una vivienda de la montañosa localidad de Gleno, a unos 75 kilómetros al oeste de Dili, fue conducido en un convoy de vehículos de la Guardia Nacional portuguesa hasta el Palacio de Gobierno, situado en la capital timorense.



A su llegada a la sede del Ejecutivo, Salsinha y sus 12 hombres fueron recibidos por el viceprimer ministro José Luis Guterres, con quien mantuvieron una reunión a puerta cerrada y sobre la que no transcendió el contenido de lo que hablaron.



«Nos rendimos a la Justicia, no al Gobierno», manifestó Salsinha ante las cámaras de televisión.



Antes de rendirse, los rebeldes entregaron sus armas y munición, señaló a la cadena australiana de radio ABC, el teniente coronel del Ejército timorense Filomeno Paixao.



Los rebeldes eran perseguidos desde que el pasado 11 de febrero dispararon contra el presidente de Timor Oriental, José Ramos Horta, y tendieron una emboscada al primer ministro, Xanana Gusmao.



Ramos Horta, quien se encuentra en Dili donde ha retomado sus actividades, resultó herido grave al ser alcanzado por tres impactos de bala, mientras que Gusmao, que el pasado lunes llegó a Indonesia en visita oficial, salió ileso del ataque.



Las autoridades timorenses sospechan que Salsinha capitaneó la emboscada a Gusmao, y que Alfredo Reinado, por entonces jefe del grupo de militares rebeldes, encabezó el ataque contra Ramos Horta.



Reinado resultó muerto al recibir varios disparos realizados por los miembros de las fuerzas de seguridad que custodiaban la vivienda del presidente.



«Como persona no siento odio hacia quienes me dispararon, les perdono, pero como jefe de Estado deben enfrentarse a la Justicia para dar explicaciones», dijo Ramos Horta en declaraciones recogidas por la televisión australiana.



Por su parte, Gusmao expresó en Yakarta la satisfacción de su Gobierno por la cooperación prestada por las instituciones estatales indonesias para detener a cuatro militares rebeldes que huyeron al país vecino.



La pasada semana, los cuerpos de seguridad de Indonesia detuvieron en distintos lugares del país a cuatro militares timorenses que formaban parte del grupo rebelde.



Los cuatro sospechosos fueron arrestados después de que las autoridades indonesias recibieran una petición al respecto del Gobierno de Dili.



Salsinha, que asumió el liderazgo del grupo tras la muerte de Reinado, formaron parte de los 599 militares que el Ejército expulsó en 2006 por insubordinación, al negarse a cesar sus protestas por mejoras laborales y sus denuncias de nepotismo y corrupción en el cuerpo.



El presidente timorense, quien regresó a mediados de abril a su país tras dos meses de cuidados médicos en Australia que le han permitido reponerse de tres heridas de bala, declaró que Salsinha había pedido la amnistía y la reincorporación de sus hombres a las filas del Ejército.



Timor Oriental alcanzó la independencia en 2002 como una de las naciones más pobres del mundo, tras una transición marcada por la violencia de las milicias que querían la anexión con Indonesia.

EFE

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