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Oficio religioso abre reunión anglicana marcada por obispos homosexuales

Durante las dos semanas que dure la reunión, los participantes discutirán asuntos como la misión de la iglesia y la evangelización, la sexualidad humana, la justicia social, el medio ambiente y la violencia contra las mujeres.


Obispos anglicanos de todo el mundo asistieron este domingo en la Catedral de Canterbury (Inglaterra) a la ceremonia religiosa de apertura de la conferencia episcopal de Lambeth, marcada por la polémica por la ordenación de obispos homosexuales.



El primado anglicano y arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, decidió no invitar a esa reunión, que se celebra cada diez años, al primer obispo anglicano abiertamente homosexual, Gene Robinson, cuya ordenación en Estados Unidos en 2003 causó graves divisiones en la Iglesia Anglicana.



De esta forma, Williams trata de preservar la unidad de su Iglesia, dividida también entre los partidarios y detractores de la ordenación de mujeres.



Pese a la continuada oposición de cientos de religiosos del sector tradicionalista, el pasado 7 de julio el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra autorizó finalmente, tras un largo debate, la ordenación de mujeres obispos.



Pese a que ha sido vetada su participación en la conferencia de Lambeth (nombre de la residencia londinense del arzobispo de Canterbury), Robinson ha viajado a Kent para, ha dicho, hacer oír su voz, lo que puede eclipsar las deliberaciones de la reunión religiosa.



La decisión de Williams de impedir su participación no ha podido evitar el boicot de hasta una cuarta parte de los obispos invitados, del sector tradicionalista, contrarios a la presencia de obispos estadounidenses responsables de su congregación.



Entre los obispos que han boicoteado la conferencia se incluyen líderes anglicanos de Nigeria, Ruanda, Uganda y Australia, así como de algunos países latinoamericanos.



La ceremonia religiosa de dos horas de duración y oficiada por Williams, que sirvió de inicio oficial de la importante cita episcopal anglicana, comenzó con una procesión de los 650 obispos asistentes, que tardó casi media hora en entrar dentro del templo.



En el sermón, el reverendo Duleep de Chikera, obispo de Colombo, hizo referencia a las dificultades que atraviesa la Iglesia de Inglaterra.



«Somos una comunidad herida, algunos de nosotros no están aquí y, eso, es una indicación de que todo no está bien. Ciertamente la crisis es compleja, no es una crisis que pueda resolverse en un instante», dijo.



«El camino a seguir es largo y arduo, un camino que demostrará nuestra oración, nuestra fe y nuestra confianza entre nosotros y por supuesto en Dios», dijo.



Añadió que debería haber igualdad «para todos», sin tener en cuenta «el color, el género y la orientación sexual».



Mañana se celebrarán los principales actos de la conferencia, después de tres días de oración y reflexión dirigidos por el primado anglicano.



Durante las dos semanas que dure la reunión, los participantes discutirán asuntos como la misión de la iglesia y la evangelización, la sexualidad humana, la justicia social, el medio ambiente y la violencia contra las mujeres.



Los obispos interrumpirán sus deliberaciones el próximo jueves para unirse a líderes de otras confesiones en una marcha por el centro de Londres para destacar los objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas en materia de pobreza.



A la conferencia, en la que no habrá votación ni resoluciones, asistirán 75 representantes de otras iglesias y comunidades cristianas.



EFE

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