Los especialistas explican que el índice de accidentes en el interior de ese país es muy alto debido al mal estado de las carreteras.
Al menos 8 personas murieron y unas cincuenta quedaron heridas este jueves cuando dos buses en los que viajaban chocaron frontalmente en un tramo de la carretera Panamericana, unos 350 kilómetros al sur de Lima, confirmaron fuentes policiales.
Al parecer no habría extranjeros entre las víctimas de este fatal accidente de autobuses interprovinciales, el tercero de gravedad registrado esta semana, dijo a Efe un portavoz de la Policía de la región de Ica.
La fuente agregó que las labores de rescate continúan en la zona para intentar sacar a los fallecidos y a los sobrevivientes que quedaron atrapados entre los restos metálicos de los vehículos de las empresas Civa y Transporte Huamanga que colisionaron esta madrugada.
El copiloto del autobús de Huamanga, que cubría la ruta Cuzco-Lima, afirmó que el vehículo de Civa, que se dirigía de Lima hacia Arequipa, habría invadido el carril contrario, explicó el portavoz policial.
Por su lado, el gerente de Civa, Luis Miguel Ciccia, explicó que el conductor de su empresa intentó esquivar un camión articulado que estaba mal estacionado y que por ello se salió de su carril.
En el primer semestre de este año, 391 personas han muerto y 2.777 resultaron heridas en 930 accidentes en carreteras de todo el país, según datos de la Policía hechos público el miércoles.
Solamente esta semana, que coincide con las Fiestas Patrias, las vacaciones escolares y un gran flujo turístico en Perú, han muerto 20 personas en dos accidentes de autobuses.
Según la Defensoría del Pueblo de Perú, el Estado tiene «profundas debilidades» para evitar los accidentes de tránsito que el año pasado dejaron un saldo de 800 personas fallecidas y 5.000 heridas en unos 2.000 accidentes ocurridos en todo el país, la mayoría provocados por vehículos pesados.
Los especialistas explican que el índice de accidentes en el interior de Perú es muy alto debido al mal estado de las carreteras, al parque automovilístico obsoleto y a conductores que consiguen el permiso de conducir en el «mercado negro» mediante el pago de entre 30 y 50 dólares.
EFE
