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Uno de cuatro escolares argentinos le tiene miedo a sus compañeros

El informe pone de manifiesto el alcance en Argentina del fenómeno del «bullying» o acoso entre compañeros que ocurre en el interior de las escuelas, casi siempre a espaldas de los adultos porque quienes lo sufren rara vez lo manifiestan o lo hacen cuando la agresión ya lleva largo tiempo.


Uno de cada cuatro estudiantes argentinos de edades entre 10 y 18 años admitió que le tiene miedo a sus compañeros de estudios, de acuerdo a los resultados de una encuesta sobre violencia escolar divulgados este martes.



El sondeo, realizado por el Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina (UCA), revela que esa proporción se eleva a uno de cada tres estudiantes entre los alumnos de 12 a 15 años.



El informe pone de manifiesto el alcance en Argentina del fenómeno del «bullying» o acoso entre compañeros que ocurre en el interior de las escuelas, casi siempre a espaldas de los adultos porque quienes lo sufren rara vez lo manifiestan o lo hacen cuando la agresión ya lleva largo tiempo.



«La violencia verbal directa (insultos, burlas) se da en todas las edades, pero a medida que van creciendo se transforma en más indirecta (murmuración). Entre los más chicos la violencia es más física directa (golpes) pero en la adolescencia se incrementa el esconder o romperse los útiles u otras pertenencias», indicó el coordinador del Observatorio, Alejandro Castro Santander.



El 46 por ciento de los 6.000 escolares encuestados admitió haber sufrido «a veces» la violencia indirecta, mientras un 11 por ciento dijo que la padeció «mucho».



En las edades más tempranas es más frecuente la agresión física directa y la verbal, mientras que en el secundario (escuela media) se transforma en indirecta -murmuraciones, amenazas, robos- y social -rechazo y aislamiento-.



El 32 por ciento de los consultados admitió sufrir a veces agresiones físicas y el 62 por ciento agresiones verbales.



Visto el fenómeno desde el otro lado, un 62 por ciento reveló haber maltratado a sus compañeros «a veces» y un 6 por ciento «continuamente».



Los maestros y padres son los últimos en enterarse del problema pues, ante los reiterados hechos de violencia, el 57 por ciento de los niños se calla y, del resto, el 70 por ciento se lo comunica a sus amigos, sólo después a los padres y finalmente al docente.



«Esto hace que se incremente su invisibilidad y sea tan difícil de prevenir», señala el informe sobre esta problemática.



Pese a que los maestros son la última persona a las que recurren las víctimas de la agresión escolar, un 97 por ciento de los docentes manifestó que actualmente existen situaciones de violencia en las escuelas.



EFE

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