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Rebelión indígena en Perú

Christian Buscaglia
Por : Christian Buscaglia Periodista El Mostrador
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Alberto Pizango es acusado por el Gobierno de Alan García de instigar los enfrentamientos que desde el pasado viernes han dejado un saldo de 24 policías y nueve nativos muertos, según cifras oficiales.


El líder indígena Alberto Pizango, contra quien se emitió una orden de detención por los delitos de rebelión y sedición a raíz de las violentas protestas de los últimos días en tres regiones amazónicas de Perú, pidió asilo en la embajada de Nicaragua, según informó este lunes el primer ministro peruano, Yehude Simon.

«Acabo de recibir un informe de la embajada de Nicaragua, que dice que en la tarde de hoy se refugió el ciudadano Alberto Pizango, y el Gobierno (de ese país) lo ha aceptado», sostuvo Simon ante la comisión de Defensa del Congreso peruano.

La vicepresidenta de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Amazonía (Aisedep), Daysi Zapata, había rechazado horas antes la hipótesis de que Pizango, quien es presidente de su organización, hubiera huido del país, y señaló que el líder indígena se encontraba escondido porque teme por su vida.

Las autoridades peruanas habían insinuado que Pizango había escapado a Bolivia.

Además, sin nombrarlos, el gobierno de Lima ha señalado a países vecinos como incitadores de los violentos disturbios que han ocasionado la muerte de más de 50 personas en varias provincias del estado de Amazonas, en el norte del país.

Dan Collyns, corresponsal de la BBC en Perú, informó que el presidente Alan García sugirió que fuerzas extranjeras podrían haber incitado el levantamiento indígena, algo que se entendió como una alusión a Bolivia y Venezuela.

Regreso

Entretanto, desde la población amazónica de Bagua, el enviado especial de la BBC Dan Collyns informó que muchos de los manifestantes que se habían escondido en las colinas por temor a represalias de las fuerzas de seguridad están ahora regresando.

Según Collyns, cuando alguien regresa es recibido con aplausos por los habitantes locales, muchos de los cuales han donado alimento y ropa a la iglesia donde centenares de personas hna buscado refugio.

El corresponsal de la BBC indicó que muchos de los indígenas que están llegando pertenecen a las tribus Awjun y Wampis, quienes viven cerca de la frontera de Perú con Ecuador y viajaron durante varios días río abajo para participar en las protestas.

Según Collyns «continúan presentándose insistentes rumores de que la policía escondió los cuerpos de manifestantes. El gobierno ha negado vehementemente estas acusaciones. Hasta el momento no hay evidencia firme para corroborar estos rumores y no se han encontrado nuevos cuerpos.

Más desmentidas

Daysi Zapata, por su parte, señaló que las movilizaciones y paros en las regiones amazónicas, que cumplen dos meses, continuarán a pesar de los episodios violentos del pasado viernes en Bagua, hasta lograr la derogación de los decretos legislativos promulgados por el mandatario en 2008, en el marco del proceso de implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y Estados Unidos.

Los indígenas se oponen a los planes gubernamentales que autorizan la perforación en busca de petróleo y gas en la región.

Este lunes, en Bagua Grande, a unos 1.400 kilómetros al norte de Lima, cientos de indígenas refugiados -400, según la Defensoría del Pueblo; cerca de 800, según la parroquia de la ciudad- esperaban hacinados en la casa pastoral para volver a sus aldeas.

Según le dijo a BBC Mundo el sacerdote que coordina su acogida, Casinaldo Ramos, podrán salir en la mañana del martes hacia sus hogares.

«Algunos sienten miedo de regresar a su propia tierra porque su gente les va a exigir ciertas cosas por el hecho de haber perdido a sus compañeros y a sus hijos.
Otros saben que tienen que empezar una nueva vida, pero no podrán borrar en dos días la experiencia de esta violencia», dijo el sacerdote.

Mientras, en otra región amazónica, Yurimaguas, se mantenía bloqueada una carretera con miles de campesinos movilizados.

«Una falsa alarma»

También este lunes, el viceministro peruano de Orden Interno, Wilson Hernández, desmintió la existencia de una fosa común en una zona próxima al sector El Reposo, en Amazonas, según informó el diario peruano El Comercio.

La versión de una fosa con cadáveres de indígenas había sido planteada por Casinaldo Ramos, quien dijo después que sólo se trataba de «una falsa alarma».

La Defensoría del Pueblo, que investigó in situ esta denuncia, también desmintió a BBC Mundo la existencia de las fosas.

Por su parte, algunas organizaciones no gubernamentales, como Amazon Watch o Amnistía Internacional, pidieron a la policía peruana hacer «un uso proporcional de la fuerza».

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