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Cumbre del Cambio Climático sigue estancada y sin documento final

La sesión matinal del plenario concluyó con una intervención airada del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien acusó a Obama de haber excluido a su país.


Un documento final en la Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático seguía hoy sin avistarse a pocas horas de su cierre y pese a la llegada a Copenhague del presidente de EEUU, Barack Obama, para promover el desbloqueo de las negociaciones para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La sesión matinal del plenario concluyó con una intervención airada del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien acusó a Obama de haber excluido a su país y a otros de una reunión hoy en la que se abordó el desenlace de esta conferencia.

Chávez se refería a un encuentro de Obama con una veintena de mandatarios, entre ellos el primer ministro británico, Gordon Brown, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; México, Felipe Calderón; y Colombia, Álvaro Uribe.

En su intervención en la capital danesa ante el resto de líderes, Obama los emplazó «a actuar en lugar de hablar», tras admitir que EEUU tiene su parte de responsabilidad en combatir el cambio climático, pero se abstuvo de hacer nuevas ofertas sobre la reducción de emisiones.

Esto dio pie a Chávez a cargar contra el presidente estadounidense, al que responsabilizó de la ausencia de un acuerdo en la cumbre de Copenhague, que hoy entró en su duodécimo y último día.

«La falta de voluntad política de los países desarrollados, ante todo de Estados Unidos, es culpable de la falta de acuerdo en Copenhague», dijo el presidente venezolano en su discurso.

Las intervenciones tenían lugar después de que ministros de 25 países, entre ellos España, fueran convocados anoche de urgencia, después de la cena de gala ofrecida por la reina Margarita II de Dinamarca a los casi 120 mandatarios reunidos en Copenhague.

Por la mañana, después de ocho horas de negociaciones, se selló un documento con el mayor consenso posible, a pesar de las reticencias de China, que sigue manteniendo una posición muy dura, especialmente por su oposición a que sus emisiones sean verificadas por un organismo internacional, según fuentes de la delegación española.

Ese documento sirvió de base de negociación a los jefes de Estado y de Gobierno en la reunión restringida de hoy en la que participaron, entre otros, Obama y Zapatero.

El texto contiene cifras de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero y de financiación, que encajan con los objetivos de la Unión Europea, según las fuentes.

La UE llegó a Copenhague con un compromiso claro de reducir sus emisiones en un 20% en el año 2020 en relación al nivel de 1990, con la posibilidad de ampliarlo a un 30% si otros países hacen un esfuerzo similar, y de aportar 7.200 millones de euros hasta 2012 para que los países pobres puedan adaptarse al cambio climático.

El discurso de Chávez contrastó con el tono más moderado del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en el que anunció la disposición de su país de contribuir con fondos propios a la financiación para la lucha contra el cambio climático.

«Si fuera necesario hacer más sacrificios, Brasil estaría dispuesto a colocar dinero para ayudar y participar en la financiación», afirmó Lula, que condicionó su promesa a que la cumbre selle un acuerdo final que satisfaga a todas las partes.

Por otra parte, hoy se vio cómo un malhumorado primer ministro chino, Wen Jiabao, quien tampoco fue invitado a la cita con Obama, abandonaba el salón del plenario durante las dos horas que tuvieron que esperar los demás dirigentes hasta que concluyeron las deliberaciones restringidas de esa veintena de países.

China ha cobrado un considerable protagonismo en esta conferencia por ser el primer país contaminante del mundo, pero también por su negativa a someterse a las verificaciones internacionales de sus emisiones contaminantes, algo a lo que aludió Obama, recordando que no se violará la soberanía de los países mediante esos controles.

Pekín ha sido muy crítico con los países desarrollados, a los que responsabiliza de las emisiones y ha recordado que, con 140 millones de habitantes que aún viven por debajo del umbral de la pobreza, sigue siendo una nación en desarrollo y, por tanto, sus objetivos de emisiones de reducción son voluntarios.

Las ONG presentes en Copenhague también vieron frustradas sus esperanzas de que Obama diera un impulso decisivo para desbloquear estas negociaciones.

El grupo ecologista Greenpeace culpó a Washington de pedir a otros que muevan ficha sin que primero lo haga EEUU y de no hacer nuevas ofertas en Copenhague sobre recorte de emisiones.

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