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Berlusconi medirá su apoyo parlamentario entre exigencias de dimisión en Italia

Los resultados de las elecciones municipales, cuya primera vuelta se celebró el 15 y el 16 de mayo, dejan un balance de 22 a 9 en las alcaldías de capitales de provincia a favor del centroizquierda, con importantes derrotas como Nápoles (sur), la tercera ciudad del país que el primer ministro pretendía quitar a los progresistas.


El gobierno de Silvio Berlusconi volverá a someterse a finaes de junio a un test parlamentario para comprobar los apoyos con los que cuenta, mientras las exigencias de dimisión por parte de la oposición italiana van en aumento tras la derrota en las recientes elecciones municipales.

Un día después de confirmarse en la segunda vuelta electoral la pérdida de la Alcaldía de Milán (norte de Italia) por el partido de Berlusconi, la conferencia de portavoces de los grupos políticos en la Cámara baja fijó para la semana entre el 20 y el 27 de junio la celebración de ese control parlamentario al Ejecutivo.

Este nuevo test para Berlusconi se produce por deseo expreso del presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien a principios de mayo exigió que el Parlamento abordara los cambios en la composición de la mayoría gobernante que se han producido desde los comicios de 2008 y, sobre todo, tras el reciente nombramiento de nueve subsecretarios tránsfugas.

A pesar de que la oposición de centroizquierda -exultante por los resultados de la segunda vuelta de las elecciones municipales de los pasados domingo y lunes- había pedido que esta «verificación» de la mayoría gobernante se produjera la semana que viene, finalmente se postergó para intentar cuadrar una fecha con el Senado.

Ante esa prueba de fuego, Dario Franceschini, jefe de grupo en la Cámara baja del Partido Demócrata (PD), la principal formación de la oposición de centroizquierda, exigió hoy en el pleno parlamentario que el Gobierno se presente ya como dimisionario a esa cita.

Hace pocos días, Napolitano escribió a los presidentes de las cámaras con «la exigencia de un control parlamentario que renovase la relación entre Gobierno y Parlamento», afirmó Franceschini.

«Es la certificación -añadió- de que la mayoría que gobierna hoy es distinta de la que ganó las elecciones de 2008. Pero esta nueva mayoría ha sido derrotada en las elecciones municipales, está en minoría en el país (…) A esa comprobación (parlamentaria), el Gobierno de Berlusconi tiene que presentarse como dimisionario».

El jefe de grupo del PD lanzó un mensaje directo a los principales socios de Gobierno de Berlusconi, la Liga Norte (LN) de Umberto Bossi, para quienes la pérdida de la Alcaldía de su feudo, Milán, por parte de la candidata del partido del primer ministro, Letizia Moratti, ha supuesto un importante varapalo.

«El centroizquierda ha registrado una extraordinaria victoria en toda Italia, el centroderecha ha tenido una trágica derrota. Queridos amigos de la Liga, nosotros ahora gobernamos en Milán, Turín, Arcore, Novara, Trieste, Bolonia, Gallarate, Venecia… En definitiva, en todas las ciudades del norte», indicó Franceschini.

Por su parte, el secretario general del PD, Pierluigi Bersani, se mostró confiado en una entrevista a «Repubblica Tv» de que están «cerca» de convertirse en el primer partido del país y afirmó que Italia «no puede girar en torno a los problemas» de Berlusconi, ante la continua incertidumbre de si se mantiene o no en el Gobierno.

Los resultados de las elecciones municipales, cuya primera vuelta se celebró el 15 y el 16 de mayo, dejan un balance de 22 a 9 en las alcaldías de capitales de provincia a favor del centroizquierda, con importantes derrotas como Nápoles (sur), la tercera ciudad del país que Berlusconi pretendía quitar a los progresistas.

La cuestión ahora es saber cómo afrontará el primer ministro, pero, sobre todo, la Liga Norte, la pérdida de confianza en sus feudos norteños y si esto puede abrir una crisis entre Berlusconi y Bossi que provoque la caída del Ejecutivo.

Preguntado por los periodistas en la Cámara baja, Bossi rehusó hoy hacer declaraciones sobre las elecciones municipales y su diario afín, «La Padania», afirmó que los comicios suponen un mensaje «fuerte y claro» por parte del pueblo y que «quema la derrota en Milán y Novara».

Esta misma mañana, Berlusconi, quien ya anoche descartó la posibilidad de una dimisión, volvía a mostrarse irónico con los resultados electorales durante su viaje oficial a Bucarest.

«He celebrado una reunión: quería fijar la fecha de mi funeral, pero en los próximos días tengo demasiados compromisos y, entonces, lo dejaremos para más adelante», dijo el primer ministro a los periodistas en un hotel de la capital rumana antes de regresar a Roma, donde finalmente reunirá a la cúpula de su partido mañana, en vez de hoy como estaba previsto en un principio.

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