El otrora mandatario, condenado a 25 años de cárcel, fue dado de alta luego de exámenes que certificaron que ha perdido 15 kilos de peso en los últimos cuatro meses por un cuadro depresivo, pero que descartaran que requiera de hospitalización, según detalló el médico Pedro Sánchez, jefe del equipo que lo atendió.
El ex presidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) fue conducido este martes de regreso a su prisión en un cuartel policial de Lima, luego de que los médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) determinaran que no padece de un cáncer terminal.
Fujimori, quien fue trasladado al INEN el pasado jueves, partió hacia las 16.30 hora local de regreso a su prisión en la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) de la Policía, en el distrito limeño de Ate-Vitarte, a bordo de una ambulancia y en medio de fuertes medidas de seguridad.
El ex mandatario, condenado a 25 años de prisión, fue dado de alta luego de que los médicos certificaran que ha perdido 15 kilos de peso en los últimos cuatro meses por un cuadro depresivo, pero no tiene cáncer terminal ni requiere hospitalización.
El jefe del equipo médico que lo atendió, Pedro Sánchez, dijo en una rueda de prensa que el ex presidente, de 73 años, «es un paciente de alto riesgo por haber presentado cuatro recurrencias (lesiones sangrantes) en la cavidad bucal, desde el cáncer que fue tratado en el 1997».
Fujimori, sentenciado por violaciones a los derechos humanos y corrupción, es también un paciente hipertenso, con un quiste en el páncreas que está estable, y con cálculos renales.
Sánchez, jefe del departamento de cabeza y cuello del INEN, afirmó que no tiene cáncer terminal, pero que «toda persona en proceso de una enfermedad neoplásica (cáncer) tiene riesgo de una recaída».
El médico señaló que el exgobernante seguirá su tratamiento, incluso con un especialista de psiquiatría, en el lugar donde permanece recluido y con controles periódicos cada tres meses en el INEN.