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Accidente en Francia coincide con presentación de plan de acción para mayor seguridad nuclear en el mundo

Actualmente existen 432 reactores nucleares operativos y, teniendo en cuenta que algunos países, como Alemania, han anunciado ya el abandono definitivo de la energía nuclear, el mundo podría albergar en 2030 entre unos 500 y 700 reactores atómicos.


El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, presentó este lunes en Viena un «plan de acción» para mejorar la seguridad atómica en el mundo, justo cuando se producía una explosión en una instalación nuclear en el sur de Francia.

«Comparado con la reglas que estaban en vigor antes del accidente de Fukushima Daiichi (Japón), el borrador del plan de acción es un paso significativo hacia adelante para fortalecer la seguridad nuclear», aseveró Amano en un discurso ante la Junta de Gobernadores de la agencia nuclear de la ONU, aunque sin entrar en detalles.

«No debemos perder nuestro sentido de urgencia. Espero que el plan sea aceptado por la Junta y aprobado por la Conferencia General» del OIEA la próxima semana, agregó.

Eso sí, el plan que adoptará la Junta no contiene ningún carácter obligatorio en los controles internacionales de seguridad nuclear, tal y como lo exigía el propio Amano hace unos meses.

El director general había propuesto en junio, durante una conferencia ministerial sobre seguridad nuclear convocada tras el grave accidente de Fukushima, que el OIEA inspeccione de forma aleatoria un 10 por ciento de los 432 reactores nucleares existentes en el mundo, algo que ha sido eliminado del plan de acción.

Países como EEUU y el Reino Unido están a favor del plan, ya que rechazaban la propuesta de inspecciones aleatorias pues confían más en los controles nacionales mutuos y voluntarios, mientras que otros, como Alemania y Francia, se han mostrado decepcionados, aunque no vetarán la adopción del documento.

Por otra parte, Amano anunció hoy que seis meses después del desastre en Fukushima los reactores afectados están «básicamente estables» y que finalmente se podrá «lograr una parada en frío».

Hasta ahora, el OIEA había hablado de una «situación muy seria» en esa planta, gravemente dañada a causa del terremoto y el siguiente tsunami que azotaron Japón el pasado 11 de marzo.

Cuatro de los seis reactores de la planta estuvieron fuera de control durante meses y sufrieron daños, incluida la fundición parcial del núcleo de los reactores.

Amano explicó además que, tras el accidente de Fukushima, el OIEA estima ahora que de aquí al año 2030 el número de nuevos reactores nucleares en el mundo aumentará en entre 90 y 350 unidades.

«Esto representa un continuado y significativo crecimiento del uso de la energía nuclear, aunque más lento de lo estimado en nuestras anteriores proyecciones», dijo el director general.

Actualmente existen 432 reactores nucleares operativos y, teniendo en cuenta que algunos países, como Alemania, han anunciado ya el abandono definitivo de la energía nuclear, el mundo podría albergar en 2030 entre unos 500 y 700 reactores atómicos.

La expansión se producirá sobre todo en países que ya disponen de energía nuclear, especialmente en Estados emergentes como China y la India, que no han cambiado sus planes a pesar de Fukushima.

Accidente en el sur de Francia

Mientras Amano hablaba ante la Junta se producía en el sur de Francia una explosión en la planta atómica de Marcoule, donde murió una persona y cuatro resultaron heridas.

Horas más tarde, el OIEA confirmó que lo sucedido en Francia fue una detonación en un horno en el que se queman deshechos de baja radiación.

«Según la Autoridad de Seguridad Nuclear de Francia (ASN) el principal radionucleido detectado en el desecho es cobalto-60», señaló el OIEA en un comunicado publicado en su página web.

Según informó la ASN a la agencia nuclear de la ONU, ninguno de los trabajadores afectados por el incidente ha sido contaminado con material radiactivo.

Asimismo, las autoridades francesas han confirmado que no hubo ninguna fuga de radiactividad en el lugar de los hechos, agregó el OIEA, cuyo Centro de Incidentes y Emergencia fue activado inmediatamente después de la explosión cerca del mediodía de hoy.

Fuentes del OIEA explicaron a Efe en Viena que material de baja radiación con trajes o guantes de protección usados por los trabajadores en una planta nuclear o cualquier otro artefacto expuesto a radiación en una instalación atómica.

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