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Obama y Cameron urgen a transición en Siria y rechazan intervención militar

«El objetivo ahora es tratar de alcanzar la transición, no fomentar la revolución», dijo el primer ministro británico en una rueda de prensa conjunta con el presidente de EEUU en la Casa Blanca.


El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, urgieron este miércoles a lograr la transición en Siria mediante la presión internacional y las sanciones al régimen de Bachar Al Asad, al rechazar de nuevo una intervención militar para detener la violencia en ese país.

«El objetivo ahora es tratar de alcanzar la transición, no fomentar la revolución», dijo Cameron en una rueda de prensa conjunta con Obama en la Casa Blanca.

En este momento «estamos enfocados en el envío de ayuda humanitaria a aquellos que lo necesitan y hemos acordado mantener la presión sobre el régimen, movilizando a la comunidad internacional y endureciendo las sanciones», indicó Obama tras reunirse con Cameron, quien se encuentra de visita oficial en Estados Unidos.

La oposición siria «está cada vez más fuerte», señaló Obama, quien repitió que es solo es cuestión de tiempo que Asad abandone el poder.

«Para prepararnos para ese día, vamos a seguir apoyando los planes para una transición que apoye las legítimas aspiraciones del pueblo sirio», remarcó el presidente.

Tanto Obama como Cameron expresaron su apoyo a las gestiones del enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, para lograr una solución diplomática al conflicto y se mostraron dispuestos a seguir trabajando con Rusia y China, que han vetado en dos ocasiones una resolución de condena a Damasco en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La situación en Siria es «extremadamente complicada», admitió Obama, quien volvió a insistir en que Cameron y él estuvieron de acuerdo hoy en el rechazo a una intervención militar porque podría causar más violencia e incluso derivar en una guerra civil.

En la víspera de que se cumpla el primer aniversario del levantamiento popular contra el régimen de Asad, los muertos por la represión de las autoridades superan los 7.500 muertos, según la ONU.

La mayor preocupación ahora mismo es evitar que el conflicto derive en una guerra civil abierta.

Por el momento, los países occidentales se han mostrado reacios a intervenir militarmente en Siria por las posibles repercusiones de una acción así, y solo Estados árabes como Catar o Arabia Saudí se han mostrado favorables a esa opción.

Pese a que una nueva Constitución entró en vigor el 27 de febrero y se han anunciado elecciones legislativas para el próximo 7 de mayo, las protestas continúan pidiendo la caída del régimen, que cada día actúa con más brutalidad contra los civiles.

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