El presidente de Ecuador dijo que, para decidir sobre el pedido de asilo del fundador de Wikileaks, evaluará si hay riesgo de que sea condenado a muerte por los casos que enfrenta.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró que para decidir sobre el pedido de asilo a su país del fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, se evaluará «si hay peligro de muerte» para él en los casos judiciales que enfrenta.
«Hay que ver los causales», dijo Correa en una entrevista con BBC Mundo cuando se le preguntó de qué depende la respuesta a Assange. «Ecuador defiende el derecho a la vida; hay que ver si hay peligro de muerte», dijo el mandatario desde Brasil.
Consultado sobre si puede existir ese riesgo, sostuvo que «eso es lo que se ha dicho, que por esta clase de delitos puede haber la pena capital en Estados Unidos».
Assange está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde el martes para evitar ser extraditado a Suecia para responder acusaciones por un supuesto caso de delitos sexuales que él rechaza.
El fundador de Wikileaks teme ser enviado desde Suecia a EE.UU. para responder por cargos que se puedan formular en su contra relacionados con la filtración por parte de WikiLeaks de información sensible de este país, por los cuales podría enfrentar la pena de muerte.
Washington no ha pedido la extradición de Assange, que desde el sitio en internet que fundó publicó miles de documentos secretos de varios países.
Durante la entrevista con BBC Mundo, Correa descartó abrir negociaciones para decidir sobre el pedido de asilo de Assange, que aseguró será una decisión «soberana» de Ecuador, aunque dijo que sí efectuará consultas.
Correa, que está en Río de Janeiro para participar de una cumbre de la ONU sobre desarrollo sostenible, dijo que su país también analizará «si ha existido el debido proceso» en los casos que enfrenta Assange.
«Ecuador rechaza las persecuciones de índole política, atentando contra los derechos políticos de las personas. Hay que ver si ha habido algún rompimiento o infracción en ese sentido», dijo.
«Si es que ha habido incumplimiento de la ley (por parte de Assange) que se lo juzgue por aquello. Pero atención, cuidado que se le estén inventando cosas para una persecución indebida. Todo eso es lo que tenemos que analizar», señaló.
Correa sostuvo que las revelaciones de Wikileaks «evidenciaron muchos mayores y profundos y graves incumplimientos legales».
Durante una entrevista satelital que mantuvieron en abril, Correa le dio a Assange la bienvenida al «club de los perseguidos».
Consultado ahora sobre a qué se refirió con esa expresión, el presidente ecuatoriano dijo que «no quisiera adelantar criterios hasta que acabe el análisis de la solicitud de asilo del señor Assange».
Correa dijo que, «por consideración», Ecuador puede establecer consultas con otros países respecto a Assange, pero descartó de plano abrir una negociación sobre el tema.
«La decisión va a ser soberana de Ecuador», señaló.
El presidente ecuatoriano dijo que el caso de Assange «no tiene por qué» afectar la relación de su país con otros involucrados.
«Saque la cuenta de cuánta gente de Latinoamérica está asilada, refugiada o residiendo pero fugitiva de la justicia en los EE.UU. Entonces no debería afectar en absoluto», sostuvo.
Correa negó que haya un «plazo definido» para responder a la solicitud del fundador de Wikileaks y dijo que Ecuador también va a «conversar con los abogados del señor Assange».
«Estamos evaluando la solicitud de asilo; si los causales son valederos tomaremos una decisión».
En la entrevista, Correa rió cuando BBC Mundo le señaló que el pedido de asilo de Assange ocurre cuando él mismo es acusado de arremeter contra los medios de información y limitar la libertad de prensa en Ecuador.
«Es una cosa muy grata ver cómo se le derrumban siempre las mentiras a la prensa corrupta del país», expresó. «Ustedes no se imaginan lo que es la prensa latinoamericana».
«Cuando uno no se somete a sus intereses, a sus privilegios, a sus abusos, nos hacen una propaganda de que somos dictadores, que no hay libertad de expresión», agregó.
Correa dijo que la solicitud de asilo de Assange es «la mejor respuesta» a esas acusaciones.
«Dice claramente que le gustaría seguir con su misión de libertad de expresión sin límites, en un territorio de paz comprometido con la justicia y la verdad como es el Ecuador», indicó.
Interrogado sobre si se podría aducir que defiende la libertad de expresión de Assange pero limita la libertad de prensa en Ecuador, Correa respondió: «Lo invito a mi país para ver si de alguna forma se limita la libertad de expresión».
«Lo que cierta prensa quiere es libertad de extorsión, libertad de manipulación sin responsabilidad. Y eso no se da en ninguna parte del mundo», añadió.
Correa ha sido acusado por diversas organizaciones defensoras de la libertad de prensa de llevar a cabo una campaña contra medios de información de su país.
El relator de las Naciones Unidas para la libertad de expresión, Frank La Rue, criticó a Correa el miércoles por pedir a los funcionarios de su gobierno que eviten hablar con determinados medios.
«Eso es generar un mecanismo de censura», señaló La Rue a la agencia de noticias AFP.
Correa calificó como «una barbaridad» las declaraciones del relator de la ONU.
«Pregunten si se prohíbe que se publique algo. Lo que no entendemos es por qué nosotros tenemos que contribuir a negocios privados con fines de lucro en manos de seis familias, que son las que dominan los medios nacionales», dijo.
«¿Por qué tenemos que aumentarle el rating y la venta de periódicos enviando a nuestros ministros?», interrogó.