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Camioneros argentinos levantan huelga pero escala conflicto con el Gobierno

Los afiliados al gremio comenzaron este jueves a liberar los centros de abastecimiento de combustibles que mantenían bloqueados en la provincia de Buenos Aires a raíz de la medida de fuerza.


El líder de la mayor central sindical de Argentina, Hugo Moyano, levantó este viernes la huelga de camioneros iniciada este martes en el transporte de combustible, pero agudizó su enfrentamiento con el Gobierno de Cristina Fernández al anunciar nuevas medidas para la semana próxima.

Moyano, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) y líder del gremio de camioneros, convocó para el miércoles a una huelga general del sindicato con una movilización de protesta a la Plaza de Mayo, situada frente a la sede del Ejecutivo.

Mientras, los afiliados al gremio comenzaron este jueves a liberar los centros de abastecimiento de combustibles que mantenían bloqueados en la provincia de Buenos Aires a raíz de la medida de fuerza, que causó ausencia de naftas en numerosas estaciones de servicio del país, además de problemas de provisión energética y en los servicios de transportes.

Moyano anunció hoy el fin de la huelga para el transporte de combustible, que este miércoles se había extendido al resto del gremio de camioneros, tras lograr un acuerdo de alza salarial del 25,5 por ciento con el sector patronal sin la intermediación del Gobierno.

En una rueda de prensa, el líder de la CGT acusó al Gobierno de creerse «el dueño de la verdad», reclamó a la presidenta Cristina Fernández que «deje la soberbia» y ratificó su reclamo a las autoridades para que los trabajadores sean exceptuados del impuesto a la renta.

Moyano levantó la huelga horas después de que el Gobierno anunciara la aplicación de una multa de 4 millones de pesos (unos 887.000 dólares) al gremio de camioneros por no acogerse a la conciliación obligatoria dictada el martes por las autoridades.

También hoy el Gobierno argentino presentó una denuncia penal contra los dirigentes del sindicato de camioneros, Moyano y su hijo Pablo, por presuntas «amenazas agravadas con el objetivo de obtener por la fuerza una medida o concesión por parte de los poderes públicos».

A su vez, el ministro argentino de Planificación, Julio de Vido, presentó otra denuncia penal ante la Justicia contra la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Carga por la supuesta violación de la ley de hidrocarburos que supuso la huelga.

De Vido advirtió además que, de continuar la medida, el Gobierno aplicaría la ley de abastecimiento, que establece sanciones a las empresas que no suministren en forma normal la provisión de un producto e incluso contempla penas de prisión para quienes vayan contra sus disposiciones.

El ministro presentó un escenario «muy preocupante» generado en el país por la medida, que dejó a unas 100.000 personas sin gas y que, de continuar, paralizaría gran parte de la industria y dejaría sin energía y sin servicio de transportes a varias zonas del país, según dijo.

Incluso, la petrolera YPF, recientemente expropiada al grupo español Repsol, puso en marcha hoy un «plan de emergencia» para abastecer de combustibles los servicios esenciales, como ambulancias, patrulleros de policía, hospitales y bomberos.

«Parece que estuviéramos en una dictadura militar. No se puede reclamar, no se puede hacer protestas», respondió hoy Moyano e invitó «a todos los trabajadores que se sientan perjudicados» a sumarse a la movilización del miércoles.

De hecho, casi medio centenar de gremios afines a Moyano resolvieron adherir a la jornada de protesta de la semana próxima, sea con cese de actividades o con la asistencia a la movilización.

El líder sindical, hasta hace pocos meses un férreo aliado del Gobierno, tachó además de «absurda» la denuncia penal que el Ejecutivo radicó en contra suya y de su hijo Pablo.

Cristina Fernández, por su parte, se mantuvo hoy sin actividad pública en la agenda presidencial, luego de retornar en forma anticipada de la cumbre de Río+20 a raíz del conflicto.

La mandataria lidera el Frente para la Victoria, una facción del Partido Justicialista (PJ, peronista), que hoy se reunió para renovar su respaldo a la jefa de Estado en medio de los choques con el líder sindical.

El enfrentamiento escaló en momentos en que Moyano busca ser reelegido para un nuevo período al frente de la CGT, sin el apoyo del oficialismo ni de varios sectores sindicalistas que impugnaron las elecciones de la central sindical previstas para el próximo 12 de julio.

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