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Siete años callado, habló y no lo entendieron

Clarence Thomas, magistrado de la Corte Suprema de EE.UU. habló públicamente por primera vez desde 2006. El problema es que nadie entendió lo que dijo. Incluso se piensa que fue una broma.


El juez Clarence Thomas, uno de los ocho jueces que integran la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, decidió hablar públicamente por primera vez desde 2006. El problema es que nadie entendió lo que el magistrado dijo.

Algunos piensan que fue una broma. Se especula que la frase hace referencia a la Universidad de Yale, su alma mater.

Pero nadie, hasta ahora, ha podido desvelar el verdadero significado de las cuatro palabras que pronunció el magistrado: «bueno, no es así», dijo.

En realidad el significado no importa. La verdadera noticia en el máximo tribunal de Estados Unidos, es que por primera vez desde el 22 de febrero de 2006, cuando por última vez se escuchó su voz durante un argumento, el juez Thomas rompió el silencio.

Clarence Thomas, quien es el segundo juez afroamericano que ha sido nominado a la Corte Suprema, nunca mostró excesivas manifestaciones orales durante los procedimientos del tribunal.

E instaba reiteradamente a escuchar a los abogados. Decía que la tarea de los jueces era escuchar y no interrumpir los argumentos.

Y para demostrarlo jamás se le volvió a escuchar durante los argumentos.

¿Broma sobre Yale?

No se sabe si el juez bromeaba sobre las cualificaciones de los graduados de Harvard.

No se sabe si el juez bromeaba sobre las cualificaciones de los graduados de Harvard.

Pero el lunes, mientras los jueces consideraban si los abogados defensores en un condenado a pena de muerte en Louisiana estaba bien calificados para defender al individuo, el juez Antonin Scalia notó que una de ellos se había graduado en la Escuela de Leyes de la Universidad de Yale y otro en la Escuela de Leyes de Harvard. Ambas consideradas como las mejores en el país.

El juez Scalia declaró que eso ciertamente los hacía cualificados. Y entonces el juez Thomas interrumpió: «bueno, no es así», dijo, provocando carcajadas de los otros jueces.

Algunos comentaristas creen que el juez tenía la intención de rechazar el argumento de que un título de leyes de Yale o Harvard es prueba sólida de que un abogado es competente.

La transcripción de la audiencia registra los comentarios pero no es claro si se refería a Yale, a Harvard o a las dos universidades.

En el pasado el juez Thomas ha ofrecido algunas explicaciones para su silencio público.

Ha sugerido, por ejemplo, que no hace preguntas porque desea que los abogados tengan oportunidad de presentar su caso sin interrupciones.

También ha dicho que se siente cohibido por la forma como habla. Ha contado que cuando era niño lo molestaban por el dialecto con que creció en Georgia y que desarrolló el hábito de no hacer preguntas en el colegio o la universidad.

En su autobiografía, «My Grandfather’s Son» (El Hijo de Mi Abuelo), publicada en 2007, escribió que nunca preguntó nada en el colegio o la universidad y que se sentía intimidado por algunos de sus compañeros.

Pero también hay informes de que Clarence Thomas tiene malos recuerdos de Yale, donde se graduó en 1974.

En su autobiografía el juez cuenta que quitó de una cajetilla de cigarros una etiqueta con el precio de 15 centavos y «la pegué en mi título de leyes para recordarme a mí mismo del error que cometí al ir a Yale».

«Nunca cambié mi opinión sobre su valor» escribe.

Cualquiera que haya sido el significado del comentario, lo cierto es que el juez habló y sus palabras quedaron registradas en los archivos oficiales.

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