Hasta ahora sólo la izquierda había planteado una alternativa republicana
Son más de 20 mil y portan pancartas en las que se lee «España, mañana, será republicana». Un debate que se toma las calles no por casualidad, sino en un escenario donde figura un cúmulo de estimulantes, como la crisis económica, los escándalos del rey y su familia, y el respaldo de los partidos mayoritarios a un sistema que muchos definen como obsoleto.
Varios miles de personas se han concentrado en la Puerta del Sol de Madrid para manifestarse a favor de la implementación de un sistema republicano y exigir la celebración de una consulta que defina la continuidad o el fin de la monarquía en España. La policía ha cifrado a los asistentes en alrededor de 20 mil personas. En paralelo, las manifestaciones se desarrollan en todo el país.
Las movilizaciones fueron convocadas por organizaciones republicanas, luego de que se diera a conocer la decisión del rey Juan Carlos I de abdicar en su hijo, el príncipe Felipe de Borbón. «Una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista. Mi hijo encarna la estabilidad y tiene la madurez y la preparación necesarias», dijo el rey en su comunicado oficial, transmitido en vivo por todos los canales de televisión españoles.
Los manifestantes se han congregado en un ambiente pacífico y con numerosas banderas republicanas, gritando a la par consignas como «Lárgate, Felipe, rájate», «El Borbón, sin pensión» o «España, mañana, será republicana».
Cinco diputados del partido Izquierda Unida y miembros de la formación ecologista Equo han adherido a la convocatoria.
Los manifestantes también han apelado a la crisis económica que enfrenta actualmente España para exigir un cambio en el sistema. Dramas sociales como el desempleo o los desahucios por impago de hipotecas, que afectan a miles de ciudadanos, alimentan estribillos como «La precariedad para su majestad» o «El próximo desahucio que sea en La Zarzuela», refiriéndose a la residencia de los aún reyes Juan Carlos y Sofía.
Pero el desencanto con la monarquía española no es materia nueva. Según las encuestas publicadas por el oficial Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la institución fue hasta 2004 la mejor valorada por los españoles. Sin embargo, ya en 2005 comenzó el descenso, obteniendo la figura del rey 7,4 puntos sobre 10. En 1998, la cifra bajó a 6,72, y en 2006, a un 5,19. A partir de 2011, la monarquía sólo cosechó suspensos: un 4,89 en 2011, un 3,68 en 2013 y un 3,72 en abril de 2014.
Esta caída en los índices de apreciación se vio acompañada de una serie de escándalos que afectaron la imagen de la Corona. Uno de ellos es el caso de corrupción en el que están involucrados la infanta Cristina, hija del rey, y su marido, Iñaki Urdangarín, quien son investigados por el juez José Castro, quien busca esclarecer su participación en una empresa de la que eran propietarios y a través de la cual se desviaron presuntamente fondos públicos.
Otro escándalo que añade sazón al panorama tiene que ver con el propio rey, cuando en abril de 2012 salió a la luz una serie de fotografías en las que el monarca aparecía en una cacería de elefantes en Botsuana. Una polémica que muchos vieron como una ostentación en tiempos de crisis económica y que llevó al rey a pedir disculpas públicas.
La iniciativa de cambiar a un sistema republicano ha sido, hasta ahora, una aspiración de grupos minoritarios y partidos de izquierda y de corte nacionalista. En cambio, los dos partidos mayoritarios, el oficialista Partido Popular y el opositor Partido Socialista Obrero Español, se habían mantenido al margen del debate y hasta han manifestando públicamente su respaldo a la monarquía como forma de gobierno. El propio Mandatario español, Mariano Rajoy, señaló tras la abdicación del rey que «espero que en plazo breve las Cortes puedan proceder a la proclamación como Rey del que hoy es Príncipe (…). Los españoles sabremos escribir esta página en un clima sereno, con tranquilidad, y agradecimiento al Rey. Quiero rendir mi homenaje a la persona que durante 39 años ha encarnado el punto de encuentro entre españoles y símbolo de la convivencia en paz».
