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Pena de muerte para cuatro familiares de mujer paquistaní a la que mataron a ladrillazos

Pena de muerte para cuatro familiares de mujer paquistaní a la que mataron a ladrillazos

Farzana Bibi, de 25 años estaba embarazada cuando su padre, un hermano y dos primos -uno de ellos su ex novio- la atacaron en momentos que, junto a su marido, concurría a los tribunales para denunciar las amenazas de muerte que sufrió después de contraer matrimonio sin el consentimiento de sus parientes.


Un tribunal paquistaní condenó este miércoles a la pena de muerte a cuatro familiares de una mujer embarazada a la que mataron a ladrillazos por haberse casado con un hombre en contra de la voluntad familiar.

El Tribunal Supremo de Lahore, en el este de Pakistán, condenó al padre, un hermano, un primo y un ex novio de la fallecida, también primo de ella, por haberle golpeado y lanzado ladrillos hasta matarla frente a un juzgado de la ciudad en mayo, dijo el juez Qasim Khan.

La sentencia les impone además a cada uno de ellos multas de 100.000 rupias paquistaníes, unos 784 euros o 982 dólares, y condena a diez años de prisión y al pago de esta misma cantidad a otro hermano de la mujer.

El abogado y responsable de comunicación de los juzgados de esta ciudad, Muhamed Ajmal, explicó que la mujer, Farzana Bibi, de 25 años, había abandonado hacía un año el domicilio familiar para casarse con un hombre.

La joven denunció a la Policía amenazas de muerte de su familia hacia ella y su marido, que fueron atacados por sus familiares cuando acudían a los juzgados a una vista relacionada con la denuncia.

El único atacante que no huyó del escenario del crimen fue el padre, quien fue detenido de inmediato tras reconocer a la Policía que el asesinato se debió a una «cuestión de honor», pues su hija se había casado con el hombre que amaba sin su consentimiento.

El progenitor había denunciado al marido de su hija por secuestro.

Las condenas a pena de muerte habían quedado en suspenso durante años en Pakistán y muchas de ellas se conmutaron por cadena perpetua, pero el nuevo Gobierno tras los comicios de 2013, de la conservadora Liga Musulmana-N, decidió no prorrogar la suspensión de ejecuciones.

Un acusado puede ser condenado a la pena capital por 28 crímenes diferentes en Pakistán, con lo que unas 8.000 personas están en el corredor de la muerte en sus cárceles.

Los llamados «crímenes de honor» son muy habituales en el sur de Asia y suelen implicar a varones de una familia que vengan lo que consideran una afrenta que contraviene la conservadora moral familiar de las sociedades locales.

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