Una nueva caravana integrada por unos 400 migrantes, entre ellos muchos niños, avanzaba la mañana del sábado por una carretera federal mexicana en Chiapas, a metros de la frontera con Guatemala, hacia Estados Unidos, solo un par de días después de que autoridades mexicanas dispersaran a otro gran grupo.
El nuevo contingente, en su mayoría centroamericanos y haitianos, salió alrededor de las 7.30 (12:30 GMT) hora local desde el parque central de Tapachula, donde habían permanecido varados, pese a que cerca de las 5.00 (10:00 GMT) hora local efectivos de la guardia nacional y de migración trataron de cerrar su salida e intimidarlos, según un testigo de Reuters.
Dos horas después de emprender rumbo hacia Huixtla, en la misma entidad, el grupo donde también hay varios suramericanos -sobre todo venezolanos- se encontraba en De Ejido Viva México, aún frescos la mayoría, de acuerdo con el testigo.
Esta semana, las autoridades mexicanas disolvieron gradualmente otra caravana que intentaba partir hacia Ciudad de México desde la capital chiapaneca, tras varios choques donde se reportó uso de fuerza excesiva y dejó decenas de personas detenidas.
Tras retomar de nuevo la carretera federal con destino a la frontera norte, Sharon, hondureña de 31 años, usando un cubrebocas de Minnie Mouse, relató entre sollozos que tras vivir un año en Tapachula vendiendo chicles para apenas mantener a sus tres hijos, prefirió arriesgarse a tratar de llegar a Estados Unidos.
«Yo meto papeles y nunca nos arreglan nada. Solo un buen de citas y citas (…) Sí me da miedo, pero si no salgo de aquí no me dan trabajo», dijo y agregó que la próxima cita con las autoridades migratorias estaba programada para diciembre.
Algunos de los migrantes que viajaban en la caravana a principios de esta semana se quejaron de haber sido objeto de un trato brutal por parte de funcionarios mexicanos, y el Instituto Nacional de Migración del país condenó los incidentes de violencia capturados en video.
Al ser cuestionado sobre los enfrentamientos, el presidente Andrés Manuel López Obrador -quien instó a los migrantes a quedarse en el sur de México- dijo el jueves que reiterará al gobierno estadounidense que es necesario otorgar visas de trabajo temporal a miles de migrantes.