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El pinochetismo después de la Mesa de Diálogo

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Lamento hacer el papel del pesado que repite «yo lo dije…», pero los magros resultados de la Mesa de Diálogo, este parto de los montes que termina por arrojar una laucha, la verdad es que producen decepción mezclada con rabia, a lo que se agrega ciertamente una gran cuota de solidaridad con los directos afectados, las familias de los desaparecidos.



De lo que se ha visto hasta ahora, lo más rescatable es el dolor y la vergüenza expresadas por el Presidente Lagos en su mensaje al país.



Ahora puedo decir públicamente lo que varias veces sostuve en privado, esto es que Roberto Garretón sigue siendo quizá el más lúcido de los defensores de los derechos humanos y en sus expresiones de hace pocos días, dio en el clavo; aquí hay un raro concierto entre el pinochetismo militar y el civil. El primero ejerce presiones para ampliar el radio de acción del segundo y asegurarle así alguna posibilidad de éxito. El militar dispone de la fuerza y es llevado al banquillo de los acusados para que asuma el costo de la dictadura y sus violaciones a los derechos humanos. Claro está en número no masivo y con esfuerzos emanados del miedo ambiental. El segundo, debe conservar las riquezas mal habidas durante la misma dictadura y, aunque haya participado directamente en las violaciones a los derechos humanos, su labor es trasladar a la política la resistencia a los cambios y a la reconstrucción democrática.



Dispone de foros y tribunas para avivar el odio y puede disfrazarse de cualquier cosa pues no está, hasta ahora, bajo acusaciones de tipo penal. Se puede permitir el lujo de hacer lo que quiera con la información nacional, manipular las conciencias, etc., pues es dueña de más del 90 por ciento de los medios de comunicación.



Esta es la clave de esta decepción que se vive. Es una pena que la clase dirigente que no se dé cuenta del precio que paga para hacer como que vivimos en una democracia real, mientras estos pícaros disfrazados de respetables se ríen del dolor ajeno. Aunque represente un avance la admisión de responsabilidad de parte de las Fuerzas Armadas, no se ha ido al fondo del problema, esto es garantizar que no habrá en el futuro grupos políticos que puedan utilizar a los uniformados para asesinar a compatriotas que no están de acuerdo con ellos, que luego gobiernan, roban y matan para luego autoasegurarse impunidad, usando a las Fuerzas Armadas para someterla a sus designios, con los resultados que se conocen.



Mal han hecho los defensores de los derechos humanos en centrar, después del episodio de Londres, todo en el ex dictador, sin invitar al banquillo de los acusados a los civiles que urdieron esta trama dolorosa de la vida nacional.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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