Afganistán: Haciéndose los lesos
Resulta un tanto preocupante ver a una buena parte de la clase política y la intelectualidad preocupadas de más de lo mismo y haciendo como si la situación internacional no hubiese mutado en términos radicales, condicionando así nuestro propio futuro. Preocupa más reconocer que tanto el gobierno como la oposición han expresado un apoyo sin reservas a la respuesta de Estados Unidos: veremos que esto tiene implicaciones que van mas allá de esta curiosa guerra.
Desde luego, los mass media de Estados Unidos y Europa comienzan a descubrir las contradicciones de no pocas situaciones del conflicto. Diarios y cadenas de TV dan cuenta de viejas amistades entre acusados y acusadores que se traducen en sociedades comerciales y financieras que gozan de los beneficios de la globalización.
Hasta un alto dirigente de la CIA habría estado antes en el grupo que vendió acciones de compañías aéreas y de seguros, pocos días antes del atentado a las Torres Gemelas.
Hay varias situaciones aún mas graves que no se esclarecen y que deberían llevarnos a pensar en serio el rol que juega la comunidad internacional en esta guerra. Se nos anuncia por medio de la prensa internacional, vía Internet, que el Parlamento Europeo ya protestó por el uso de las bombas de racimo, las cuales, como se sabe, sirven mas para matar civiles e inocentes que para capturar al famoso Osama Bin Laden.
Vino la respuesta terrorista y llega el ántrax a muchos lugares, haciendo que la sicosis cunda donde debe y donde no debe. Especialistas americanos dicen que viene del mismo interior de Estados Unidos, lo que significa que tienen terroristas bajo su mismo techo.
El secretario de Defensa estadounidense dice ahora que será muy difícil capturar al prófugo porque tendría mucho dinero y amigos en el mundo, lo que pone en duda que sean terroristas aislados, pocos o locos.
Las potencias siguen al margen de la Asamblea General de la ONU y del Consejo de Seguridad, y por aquí nadie parece darse cuenta que esto es crear una nueva forma de estructura política internacional, sin preguntarle a ningún país su opinión.
Bajan el petróleo y el cobre, lo que revela que los precios no dependen del mercado sino de quienes lo controlan. ¿Es conveniente, entonces, seguir haciéndose los lesos?
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