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Envejecimiento de la Mujer: Hacia una vida Plena


Reconocer al adulto mayor como un recurso valorable combatiendo el envejecimiento a través de mejores condiciones de salud es una responsabilidad que involucra tanto a especialistas como a miembros de la tercera edad y a quienes los rodean.



Mejores expectativas del futuro, independencia, además de salud física y psicológica, son elementos fundamentales para lograr una óptima calidad de vida.



Si bien envejecer es natural, sentirse viejo puede ser opcional. El envejecer no sólo implica un cambio global del cuerpo. En la mujer envejecen los ovarios y se cae en la menopausia. En el caso del hombre la disminución de testosterona lo hace entrar en la andropausia.



En las últimas décadas la población correspondiente al adulto mayor ha crecido, ya que la tasa de natalidad ha ido disminuyendo. Actualmente, el mayor uso de anticonceptivos permite planificar la vida familiar y controlar así la natalidad. Por su parte, los avances en medicina han evitado muchas muertes.



La Mujer y la Menopausia



Es sabido por todos que la mujer tiene una expectativa de vida mayor que el hombre. Por lo mismo, debe prepararse para tener un envejecimiento digno y enfrentar de la mejor manera la menopausia y sus años siguientes.



Evitar el cigarrillo y el alcohol, seguir una dieta sana y mantener una actividad física permanente son algunos consejos importantes a seguir para lograr una buena evolución de la vejez.



Asimismo, y para aquellas mujeres que lo requieran, la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) es una buena alternativa para combatir los síntomas de la menopausia, entre ellos el bochorno y la sequedad vaginal. Además, juega un importante papel en la prevención de la osteoporosis.



Después de los 50 años los ovarios dejan de producir estrógenos y se generan una serie de cambios. La mujer pierde protección cardiovascular, los huesos se adelgazan generando una mayor fragilidad esquelética y la sexualidad muchas veces se vuelve tormentosa debido a la falta de comunicación en la pareja.



Si bien no todas las mujeres deben seguir una TRH, muchas de ellas, afectadas en su mayoría por constantes síntomas, se ven beneficiadas tras seguir el tratamiento adecuado recetado por un especialista.



La literatura médica señala que la TRH con estrógenos solos no aumenta el riesgo de infarto e incrementa la masa ósea (previene la osteoporosis) en comparación a aquellas mujeres que no toman hormonas. Es cierto que también existen riesgos, tales como el cáncer de mama; sin embargo, según un estudio realizado por la Revista Lancet el consumo de alcohol y la obesidad son factores de riesgo mayores para presentar dicha patología que el usar TRH.



Una menopausia sintomática la mayoría de la veces debe ser tratada con una TRH durante al menos 5 años y luego de ese tiempo hasta que la paciente lo requiera. Por lo general, aquellas mujeres que no presentan síntomas no necesitan hormonas.



Finalmente, cualquiera sea el caso, la clave está en consultar siempre a un especialista y elegir un estilo de vida que acompañe un envejecimiento activo.





*Dr. Manuel Parra Armendáriz. Profesor Asistente de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Chile

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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