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Ardides inmobiliarios

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Con majadería hemos dado a conocer en esta columna de opinión las diferentes maneras utilizadas por la parte más respetable del sector inmobiliario en su objetivo de alcanzar ventajas ilegítimas y hasta ilegales en la consecución de sus negocios. Aquellos siempre llegan a «acuerdos de mutua conveniencia» con las autoridades municipales y del gobierno central para que tales ventajas se mantengan y, más aún, se acrecienten en pos del crecimiento y de la absorción de mano de obra. El sector económico que dispone de las mayores franquicias y subsidios, dadas a conocer en El Mostrador.cl, es justamente el aludido.



Les ha ido bien hasta ahora porque sus eficientes lobbistas son de bajo perfil público y -muy importante- no hacen alarde de sus logros en La Moneda y en el Congreso Nacional. A esta altura nada indica que tal actividad económica se enmarcará en las reglas tributarias generales existentes para el resto de los sectores productivos: es decir, se mantendrá lo que los especialistas llaman desviación de comercio por existir ventajas comparativas decididas por las autoridades de turno.



Ahora bien, aparte de los beneficios mencionados, se practican habitualmente fórmulas ingeniosas en los sectores urbanos de moda para «sacarle el jugo» a la utilización del recurso suelo, con lo cual se multiplican las ganancias derivadas de la comercialización de inmuebles construidos en edificios emplazados en terrenos en donde se podían construir solamente viviendas unifamiliares. Ejemplos hay muchos y en esta ocasión entregaremos la información detallada sobre una situación que -tiempo atrás- nos dieron a conocer vecinos afectados directamente y que, dadas las irregularidades detectadas, la Contraloría General de la República está tomando cartas en el asunto.



En efecto, nuestra agrupación ciudadana fiscalizadora entregó el 22 de abril de 2003 (25 meses atrás) toda la documentación de rigor a la Contraloría General de la República, en donde objetamos el permiso de edificación NÅŸ 261 del 19/10/01 (calle en pendiente Las Peñas 3440 en el cerro San Luis) de la Dirección de Obras de Las Condes, otorgado para construir una denominada vivienda unifamiliar de 6 niveles en altura, calificados por la autoridad municipal como de 3 pisos (546,50 m2) y 3 subterráneos (1.008,93 m2), sin antejardín, ya que en la franja asignada para tal propósito se verifican las escaleras de acceso y el acceso vehicular.



Dado que la evidencia indicaba que la construcción en obra gruesa no era una vivienda unifamiliar, sino un edificio, el que contaba incluso con un nombre alusivo al cerro, tal como se observa en las fotografías de los avisos promocionales colocados por el titular del proyecto en su frontis, tuvimos que hacer la denuncia correspondiente ante el Seremi de Vivienda y Urbanismo (época anterior a la actual ministra Sonia Tschorne), quien, después de analizar el caso, y sin fiscalizar in situ, «porque ello le correspondía a la autoridad municipal», determinó en fecha 12 de marzo de 2003 que el permiso cumplía con la legislación vigente (sic).



Las normas de la Ordenanza del Plan Regulador Comunal de Las Condes para ese sector establecen, en lo principal, una altura máxima de edificación de 10,5 m. (3 pisos), una rasante de 45ÅŸ, aunque la Directora de Obras señala que, para viviendas unifamiliares, se permite una rasante de 60ÅŸ y a pesar de que se exigen 3 estacionamientos cuando se trata de este tipo de viviendas de 180 m2 útiles o más, el proyecto objetado contempló 12 (?). Existirá una familia (marido, esposa e hijos) en Chile, a pesar de que los nuevos ricos sí son muy poderosos, que, viviendo bajo el mismo techo, disponga de 12 automóviles para desenvolverse en sus actividades habituales ?



En el Informe NÅŸ 59416 del 30 de noviembre de 2004 suscrito por la abogada jefa de la División de Municipalidades del ente contralor, respondiendo nuestra presentación NÅŸ 53972 del 27 de octubre de 2004, nos manifestó que existe un sumario administrativo, «el cual una vez concluido corresponde sea remitido al Municipio con la propuesta del Contralor General, según el mérito de autos, a fin de que dicha autoridad comunal resuelva en definitiva».



A la luz de ese Informe, recientemente le manifestamos por escrito a la Contraloría que nos enviara copia de la conclusión del sumario administrativo, ya que con ella le íbamos a pedir una entrevista al alcalde Francisco de la Maza, en la cual -si la otorga- le expresaríamos nuestra opinión sobre la desprolijidad administrativa que estamos observando recurrentemente en sus dependencias técnicas.



También le manifestamos que, ante este nuevo hecho consumado en la comuna de Las Condes, diríamos la más «flexible» y «acomodaticia» de todas las comunas del país, somos acérrimos partidarios de que la comunidad conozca a cabalidad la resolución definitiva que tomará dicho alcalde, ya que si bien es cierto no se materializó el negocio del edificio por razones obvias, sí se construyó una casa que rompe la escala del barrio de densidad baja denominado cerro San Luis.



Por último y dado que la «modernidad» en la cual estamos insertos induce a los agentes económicos a actuar con pillerías, como la relatada, que el común de los mortales no percibe y que la gran mayoría de la prensa no publica para no poner en entredicho la imagen que tiene la autorregulación del mercado, sostenemos que tales artificios continuarán cometiéndose. Así, a través de esta competencia desleal, ganan algunos bien conectados y pierde -como siempre- la ciudad, al verse sobrepasada por los pícaros hechos de los más «despiertos».



Patricio Herman P. Agrupación «Defendamos la Ciudad». www.defendamoslaciudad.cl

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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