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La política sí sirve para mejorar la vida de las personas

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Se olvidan que los candidatos presidenciales que no han ofrecido más derechos y justicia social han perdido todas las elecciones los últimos 45 años. Los candidatos que en sus campañas han promovido la prosperidad de las empresas como sinónimo de la prosperidad de las personas, han sido…


Por Diego López*

En medio del tráfago de la campaña electoral, puede pensarse que es muy difícil seducir a los ciudadanos, que se muestran distantes en sus preferencias políticas y con una baja fidelidad a los candidatos ¿Dónde están sus adhesiones? ¿Qué elementos les inclinan por uno u otro candidato? En forma totalmente gratuita sugeriré una encuesta de opinión que, de ser aplicada, puede ser de mucha ayuda a los asesores de campaña.

Pregunte primero lo siguiente: ¿Cree Ud. que la prosperidad de las empresas es también la prosperidad de las personas (trabajadores y consumidores)? Según sea afirmativa o negativa la respuesta tendrá dos grupos de opinión. A ambos pregunte por separado: ¿Está Ud. de acuerdo en combatir la pobreza?; ¿Está Ud. de acuerdo en obtener más y mejores empleos?; ¿Está Ud. de acuerdo en mantener y mejorar la política de protección social? El porcentaje que responda afirmativamente será muy similar en ambos grupos.

Ahora pregunte por separado a cada grupo: ¿Está de acuerdo en subir los impuestos a las empresas que ganan más utilidades? ¿Está de acuerdo en mejorar los derechos laborales? ¿Cree que hay que aumentar las responsabilidades legales de las empresas con el medio ambiente? Lo que obtendrá será una confirmación de que los dos grupos se diferencian claramente, en lo que consideran debieran ser decisiones apropiadas de un gobierno.

Un ejercicio como éste demostraría que, en realidad, la elección presidencial es mucho  más que una disputa por convencer a la ciudadanía de quién lo hará mejor; quién es el más capacitado para hacer algunas de las cosas en las que la gran mayoría estamos de acuerdo. Lo que los ciudadanos queremos saber no es cuál candidato será más eficiente sino quién será más eficiente para tomar qué decisiones.

Algunos opinólogos, expertos, líderes de opinión y flamantes candidatos, han quemado naves en la idea de que Chile ha cambiado tanto, que ya no es posible distinguir ideas de izquierda y de derecha, que algunas diferencias de opiniones acerca de lo que necesita el país ya son parte del pasado y hoy dejan indiferente a la ciudadanía. Pero se olvidan que los candidatos presidenciales que no han ofrecido más derechos y justicia social han perdido todas las elecciones los últimos 45 años. Los candidatos que en sus campañas han promovido la prosperidad de las empresas como sinónimo de la prosperidad de las personas, han sido irremediablemente derrotados.   

En realidad, pese a la habitual frivolidad que abunda en el debate político, la política sí sirve para cambiar la vida de las personas: puede hacerlo para bien o para mal. Los candidatos que más temen que sus ideas no logren convencer a la mayoría, prefieren hablar de cuán eficientes y capaces van a ser para administrar el Estado, pero podemos sobrevivir a la campaña presidencial sin saber realmente lo que pretenden hacer si llegan al gobierno. Los candidatos que saben que sus ideas reflejan la mayoría de las aspiraciones ciudadanas, tratan de difundir esas ideas en su campaña y de convencer al electorado de que realmente se proponen llevar a cabo sus promesas. Su éxito depende de que  defiendan convincentemente esas ideas y de que logren credibilidad de que creen en ellas y las realizarán. Ya que esta elección no se decidirá por adhesión personal a los candidatos, probablemente se decida por las ideas que promuevan.

*Diego López es abogado, académico de la Universidad Alberto Hurtado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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