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Mentira suficientemente repetida


Goebbels, maestro de una especialidad que la Concertación y el comunismo dominan bien, sostenía que una mentira suficientemente repetida se convertía en verdad. Así ha sucedido con la definición de «violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad».

Si usted busca la tipificación de estos delitos en las leyes chilenas no la va a encontrar, porque no está. Incluso más ¿ha leído alguna vez en algún diario la descripción de los delitos de lesa humanidad? Estoy cierto de que no. Los periodistas ni siquiera saben dónde está.

A los opositores del Gobierno Militar, comunistas, socialistas y DC, les bastó con empezar a repetir que los delitos cometidos por los encargados del régimen militar de reprimir el terrorismo de extrema izquierda constituían «violaciones a los derechos humanos» y «delitos de lesa humanidad». Y lo han repetido tanto que la opinión pública, no sólo chilena, sino mundial, así lo cree. Porque la opinión pública cree aquello que le repiten más, según la receta de Goebbels.

En un blog anterior yo he reproducido la definición de «delitos de lesa humanidad» que contiene el Tratado de Roma ¡y se ajusta mucho mejor a las actuaciones del FPMR y el MIR que a las de los agentes de seguridad del Gobierno Militar! Porque consiste en «ataques a una población civil», como por ejemplo poner bombas en el Metro, cometer asaltos terroristas a los bancos, lanzar bombas molotov a los medios de locomoción o estacionar en la calle vehículos llenos de explosivos, a lo cual se dedicaban el MIR y el FPMR.

La DINA y después la CNI y otros órganos de seguridad se dedicaban a combatir a los terroristas que cometían esos delitos de lesa humanidad. Y es verdad que en no pocas oportunidades terminaron matándolos. Mataron a los dedicados a matar, a veces injustificadamente, cometiendo por ello delito de homicidio, que no es «de lesa humanidad». Por otra parte, todo delito violento contra una persona constituye, de hecho, una obvia «violación de derechos humanos» ¡pero la izquierda mundial se arregló para que sólo fueran consideradas tales las cometidas por los gobiernos, y no por sus propios terroristas!

Y resultó que la Concertación, en particular don Patricio Aylwin, indultó a todos los terroristas de izquierda y a ningún agente de seguridad. Don Patricio había dicho que no iba a indultar a los autores de hechos de sangre, pero después los perdonó igual.

En Chile esta inconsecuencia es gratuita. No es «un insulto a la inteligencia del país», porque tal inteligencia no existe. Acá se cree lo que más se repite. Por eso el lenguaje de las «violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad» no sólo lo hablan la extrema izquierda, las Concertación y el Presidente Piñera, que siempre han abusado de ese lenguaje, sino incluso personas de derecha, como, según hemos visto, el diputado Cristián Mönckeberg (RN). Para qué decir personajes como la diputada RN, Karla Rubilar.

El informe de Ravinet, para efectos de los posibles indultos, confirma mi vaticinio del blog de ayer: casi todos los uniformados quedarán excluidos. Los uniformados en retiro que creyeron recibir una promesa de apoyo de Sebastián Piñera, durante la campaña presidencial, para sus «caídos tras las líneas enemigas», se volverán a dar cuenta de que fueron engañados. Como yo se los anticipé oportunamente a los que quisieron oírme. Ahora comprobarán, una vez más, que «los pasaron por el aro», como les advertí a tiempo que los pasarían. Con su pan se lo coman.

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